La batalla de Stalingrado: el hito bélico que reescribió el destino del mundo

**Las consecuencias de esta victoria rusa fueron inmensas y de gran alcance. Por primera vez, Alemania perdía la iniciativa de la guerra y tenía que colocarse a la defensiva.


La batalla de Stalingrado: el hito bélico que reescribió el destino del mundo

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2018, 13:00 pm

Este 2 de febrero, el mundo celebra la victoria en una de las batallas más sangrientas contra el nazismo: la lucha por la ciudad de Stalingrado.

Este enfrentamiento de 200 días y noches –desde el 17 de julio de 1942 hasta el 2 de febrero del 1943– decidió el futuro de la guerra soviética contra el régimen nazi, que se proponía crear un cruento imperio de Hitler en todo el territorio europeo, para luego extenderse más allá de él.

A pesar de que hasta el fin de la Gran Guerra Patria todavía quedarían más de dos años de la etapa más trágica de la historia de la Unión Soviética, la victoria de Stalingrado trajo consigo un cambio psicológico: los soldados del Ejército Rojo creyeron que podían derrotar al enemigo.

Las consecuencias de esta victoria rusa fueron inmensas y de gran alcance. Por primera vez, Alemania perdía la iniciativa de la guerra y tenía que colocarse a la defensiva. De hecho la Wehrmacht carecía ya de los elementos logísticos necesarios para avanzar más hacia el este y las orillas del Volga fueron precisamente el punto más oriental alcanzado por tropas alemanas en Europa. Después de esta batalla la Unión Soviética surgió engrandecida y con la iniciativa de la guerra que la asolaba en las manos de sus líderes.

Tras las victorias del Ejército Rojo contra las fuerzas del frente oriental alemán a finales de 1944 e inicios de 1945 que obligaron a las fuerzas alemanas a replegarse, el líder soviético Iósif Stalin ordenó a los mariscales Gueorgui Zhúkov, Iván Kónev avanzar sobre el territorio alemán y llegar a la capital del Tercer Reich.

La rendición alemana

Tras el ataque al Reichstag y a la Cancillería alemana, los comandantes encargados de la defensa de Berlín plantearon la entrega de la ciudad. El 1 de mayo el jefe de Estado Mayor del Ejército, el general Krebs, cruzó las líneas de combate para entregar un documento que confirmaba la muerte de Hitler y propuso un alto al fuego temporal.

Tras la rendición de la ciudad decenas soldados alemanes se entregaron como prisioneros

La comandancia soviética en Berlín dirigida por el mariscal Zhúkov, exigió la rendición incondicional. El 2 de mayo en nombre del comandante de la defensa de la ciudad, el general Weidling, informó sobre la disposición de la guarnición de la ciudad a deponer las armas. El militar alemán acompañado por otros tres generales alemanes cruzó la línea del frente y se rindió.

A pesar de la muerte de Hitler y el triunfo ruso al tomar Berlín, el ejército alemán no había entregado su rendición. El 8 de mayo el Mariscal de Campo Wilhelm Keitel presentó la capitulación de las fuerzas alemanas al Mariscal Zhúkov en el cuartel general del ejército soviético en Berlín-Karlshorst poniendo fin a la II Guerra Mundial en Europa.