La amenaza terrorista y las mentiras mediáticas

EDITORIAL/ La Crónica de Chihuahua


La amenaza terrorista y las mentiras mediáticas

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2015, 22:00 pm

Los medios de comunicación al servicio del imperialismo han mentido tanto, que pecaría de tonto quien no pusiera en duda las noticias sensacionalistas que recorren el mundo repitiendo al pie de la letra los mismos mensajes, casi siempre favorables al interés del sistema imperialista mundial y su cúpula con sede en Washington; no es necesaria gran perspicacia para descubrir detrás de las “noticias” el boletín de prensa emanado de la Casa Blanca.

Las interpretaciones y los mismos hechos se publican tan a gusto del capital mundial que poca gente, aparte de sus partidarios convencidos y comunicadores a sueldo, confía en la veracidad de tales noticias. Las mentiras difundidas acerca del peligro que representaba el presidente Sadam Hussein para Estados Unidos (EE. UU.) y para el mundo debido a su política nacionalista y a su presunta intención de crear armas nucleares es un buen ejemplo de estas campañas mediáticas y de las acusaciones imperialistas nunca probadas que sirvieron de pretexto para el ahorcamiento de un hombre que no se doblegó ante el azote del látigo imperial.

También se divulgaron numerosas mentiras acerca de la intervención norteamericana en Libia y en el Medio Oriente (la llamada Primavera árabe), sucesos cuya información ha sido tan manipulada para ocultar la intromisión interesada del imperialismo que para la mayoría es difícil descubrir que en realidad se trataba de garantizar el control de EE. UU. sobre los recursos naturales de esa zona, su explotación y su comercio. Ocultar el fondo económico de los hechos en Irak, Libia y todo el Medio Oriente, requería embrollar la información a tal grado que el mundo tuviera acerca de EE. UU. y su Gobierno la imagen de un salvador (lo mismo que el monigote de las perversas historietas de Superman).

Es un hecho indudable el derrumbe de las Torres Gemelas ocurrido el “11 de septiembre”; pero analistas de esa misma nación han publicado obras que cuestionan muy seriamente la veracidad de la información oficial y sostienen la hipótesis, basada en premisas convincentes, de que el autor intelectual del terrible crimen fue el propio Gobierno estadounidense (es decir, que se trató de un autoatentado) y que las explicaciones difundidas fueron mentiras de aquel Gobierno boletinadas a la prensa capitalista de todo el mundo.

Así las cosas, no sólo es comprensible, no sólo es correcto poner en tela de duda la campaña acerca de las amenazas del Islam contra México tal como algunos intelectuales franceses hicieran frente a la interpretación del atentado terrorista contra la revista Charlie Hebdo, sino que se convierte en un derecho y una obligación moral dudar y rechazar la información difundida por el imperialismo y los repetidores de sus consignas.

Pero supongamos, sin conceder, que la amenaza del terrorismo contra México sea tal y como difunden la prensa y los demás medios de nuestro país y no se trate de una simple inclusión de México (del Gobierno de México, deberían decir los terroristas) en la lista de los cómplices o aliados de su enemigo principal. Ante la innecesaria adhesión a la política belicista de nuestro vecino del norte ¿qué esperaban los autores de tales campañas sino una respuesta proporcional a sus ataques?

¿Cuándo el pueblo mexicano se ha pronunciado en favor de los intereses de los monopolios yanquis o franchutes? ¿Cuándo México autorizó alinearse con la política militar e intervencionista de EE. UU.? ¿Cuándo los mexicanos han acordado participar en las acciones armadas contra gente de algún país, sea terrorista o no, y ser entrenados por fuerzas yanquis de seguridad? La respuesta es: NUNCA.

Alejarse de la política de no intervención en los asuntos internos de otros pueblos y participar en las acciones del gendarme internacional es asunto del Gobierno de México, pero no de los mexicanos; ni los terroristas tendrían razón si hubieran lanzado su amenaza contra el pueblo mexicano ni los periodistas a tanto la plana la tienen cuando se prestan a una campaña de manipulación que trata de predisponer a nuestro pueblo contra un país de Medio Oriente y en favor del Superman salvador del mundo.