Juventino Rosas, más allá del vals "Sobre las olas"

**El compositor mexicano murió hace 122 años; durante su vida, convulsa y breve, legó decenas de piezas


Juventino Rosas, más allá del vals

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2016, 14:30 pm

El célebre compositor y músico mexicano Juventino Rosas, quien a pesar de tener una vida complicada nunca perdió la inspiración para componer obras como "Sobre las olas" con la que trascendió fronteras, es recordado a 122 años de su muerte, ocurrida el 9 de julio de 1894 en Cuba.

José Juventino Policarpo Rosas Cadenas nació el 25 de enero de 1868, en Santa Cruz de Galeana, ciudad que actualmente lleva su nombre, en Guanajuato.

Su padre, José de Jesús Rosas, destacó por ser parte de la cuadrilla que combatió la intervención francesa, también fue músico, tocaba el arpa, por lo que heredó a sus hijos el gusto, aprendizaje y práctica de la música.

Creó un trío de música versátil, en el que estaba incluido Juventino, para trabajar en diferentes eventos sociales, lo que permitía que tuvieran un ingreso extra en su economía inestable.

El trío estaba integrado por Manuel Rosas, el hijo más grande quien tocaba la guitarra, Juventino al violín y Don José en el arpa. Juntos se mudaron a la Ciudad de México en 1875, en busca de más oportunidades, de acuerdo con información difundida por la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM).

Ya instalados en la ciudad, buscaban sobresalir, ganar dinero y prestigio en el mundo de la música. El trío se convirtió en cuarteto cuando se unió su hermano Patrocinio para ocupar el lugar de cantante, sin embargo, el aspecto eminentemente indígena del grupo era un obstáculo para sobresalir en el medio.

Su hermano Manuel Rosas murió en un riña vecinal por el amor de una mujer, lo que desencadenó la ruptura del grupo familiar y Juventino tuvo que buscar otras oportunidades de trabajo en otras agrupaciones.

A la edad de 15 años se integró a la prestigiada orquesta de la cantante Ángela Peralta (1845-1883) con quien tuvo varias giras por en el interior de la República, pero se desintegró en Mazatlán debido a la muerte de la cantante y otros integrantes de la banda por una epidemia de cólera.

Afectado por tal suceso, Juventino decidió regresar a la Ciudad de México e iniciar sus estudios de música en el Conservatorio con el objetivo de estudiar violín y otros instrumentos.

Su ingreso se dio gracias a la recomendación del doctor Manuel M. Espejel y realizó estudios de solfeo con el maestro José Cornelio Camacho y teoría de la música con el profesor Máximo Valle.

La vida fue muy dura con el compositor, pues ese mismo año perdieron la vida sus padres y su hermana menor, por lo que tuvo que abandonar el Conservatorio. En busca de una nueva vida ingresó al Colegio Militar pero desertó debido al rigor y disciplina que esa vida requería.

Fue en este momento de su vida cuando decidió dedicarse a lo que siempre le gustó: la composición musical, pues de acuerdo con sus biógrafos, era poseedor de una extraordinaria capacidad y habilidad para ello.

Siguió colaborando en fiestas para personas adineradas, en el que le pedían tocar valses y polkas, entonces participó en un festival organizado en el Teatro Nacional para conmemorar la batalla de Puebla, al que asistió el presidente Porfirio Díaz (1830-1915) y su gabinete.

Ese evento significó un gran momento en su vida, ya que despertó el interés de todos, por lo que poderosos protectores lo apoyaron para que tuviera acceso a una mejor calidad de vida y buenas oportunidades de trabajo.

El estilo de vida que llevaba el músico era dual: por un lado, tenía periodos intensos de trabajo y colaboración con orquestas y bandas. Por otro, tenía temporadas de fiestas, presentaciones con grupos callejeros y una fuerte tendencia al alcoholismo.

En un segundo intento por recuperar su vida, en 1888 entró al Conservatorio por segunda vez. En esta ocasión tuvo como profesor al prestigiado Lauro Beristain, poco tiempo después tuvo que abandonar la escuela por su frágil salud y su inestable economía.

Su repertorio como compositor empezó a reconocerse por obras como: "Te volví a ver", "Seductora", "Sueño de las flores", "Ensueño" y "Cuauhtémoc". En 1890 utilizó varios versos del poeta Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895) para convertirlos en canciones.

Siguió componiendo para personas de la alta sociedad y para mujeres importantes, piezas como: "Junto al Manantial", "Sobre las Olas", vals que fue publicado por sus editores Wagner y Levien Sucs, de los cuales recibió 45 pesos por dos de sus creaciones.

En 1891 el vals "Sobre las olas" se hizo famoso, aunque el autor no tuvo ni la fama y el dinero que le correspondían por su creación, pero con el tiempo esta pieza le dio reconocimiento mundial.

Actualmente, el Museo Nacional de Historia resguarda el violín de Juventino Rosas, instrumento con el que compuso el vals "Carmen", dedicado a Carmen Romero Rubio de Díaz, la esposa del general Porfirio Díaz, y el vals "Sobre las Olas", de acuerdo con información del portal dcubanos.com

Como agradecimiento de la primera dama, recibió un piano de cola que el compositor vendió para cubrir todas sus deudas económicas.

Juventino Rosas estuvo casado con Juana Morales y en la cumbre de su carrera artística, ella lo abandonó. Después de la ruptura compuso las danzas "Juanita", "No me Acuerdo" y "¡Qué Bueno!".

Con el objetivo de realizar un cambio a su vida, en 1894 inició un viaje a Cuba con una compañía de zarzuela, pero en plena gira el grupo se desintegró el grupo musical. Para este tiempo Rosas ya se encontraba delicado de salud debido a un mal hepático.

Fue atendido en la Casa de Salud Nuestra Señora del Rosario, en Batabanó, cerca de La Habana, pero el lunes 9 de julio de 1894 murió a los 26 años de edad a causa de mielitis espinal.

Sus restos fueron enterrados en dicho país con el epitafio: "Juventino Rosas. Violinista mexicano. Autor del célebre vals Sobre las Olas, La tierra cubana sabrá conservar su sueño".

Otras de sus composiciones destacadas son: "El sueño de las flores", "Julia", "Juventa", "Lazos de Amor" y "Salud y pesetas", así como las danzas "A Lupe", "En el Casino", "Juanita", "No me Acuerdo", Mazurcas: "Juanita", "Lejos de Ti", "Último Adiós".

En 1909 el gobierno mexicano negoció con Cuba para que el cuerpo de Juventino pudiera ser trasladado a la Ciudad de México. A su llegada, los restos fueron recibidos por los compositores Miguel Lerdo de Tejada (1812-1861) y Ernesto Elourdy (1854-1913), entre otros. En diciembre de 1939 sus restos fueron exhumados para depositarlos en la Rotonda de Personas Ilustres.