Juárez es una estampa de pobreza para México y para el mundo

**Anapra sale hasta en las películas, “pero qué sería si Anapra se organiza, qué sería si la colonia más humilde de todo Juárez lucha y le exige al Gobierno, como se tiene que exigir”.


Juárez es una estampa de pobreza para México y para el mundo

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2017, 15:00 pm

Ciudad Juárez, Chih.- Juárez está en el ojo nacional y en el internacional por la pobreza y la desigualdad; la zona de Anapra, por ejemplo, es una de esas “cosas” que han atraído la atención de documentalistas, periodistas; se ha escrito y filmado mucho sobre esa colonia muy, muy pobre, pero sigue siendo muy, muy pobre.

“Anapra sale hasta en las películas, pero qué sería si la colonia se organiza; qué sería si la colonia más humilde de todo Ciudad Juárez lucha, si le exige al Gobierno cómo le tiene que exigir”, indicó Pilar Muñoz Márquez integrante del Comité Directivo Estatal del Movimiento Antorchista a plenistas de la citada organización en esa ciudad fronteriza, que se reunieron precisamente para analizar la situación de pobreza que se vive ahí.

Antorcha, señaló, tiene 43 años organizando al pueblo para que aprenda a luchar por sus derechos porque es sólo este el que puede hacerlo, y debe, para que otros no tomen esas decisiones por él y cambie la pobreza, la miseria, la falta de seguridad en la que vive, por una vida más digna.

Juárez es una estampa de esa pobreza en la que viven alrededor de 100 millones de mexicanos: casi el 50 por ciento de la población vive con algún grado de pobreza (datos de la dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento) y 78 colonias son señaladas como de atención urgente o de alta prioridad, y de 631 zonas identificadas con algún grado de pobreza 511 están en grado bajo, 30 medio y 50 alto (Medición de la Pobreza 2010 Coneval).

Si bien el Coneval reporta, al 2010, que el grado de pobreza en el municipio está clasificado en muy bajo, y notables mejoras en la dotación de servicios básicos a la población en los últimos 15 años, por ejemplo de dotación de agua potable de un 7.41 por ciento que no la tenía a un .73, drenaje de un 6.75 a un .65 por ciento, se trata de un panorama general.

La medición que realizan los organismos municipales obtenida por ejemplo de los estudios socioeconómicos que se hacen para la entrega de subsidios o apoyos, es muy diferente, sus números revelan que aunque son 50 las zonas (de acuerdo con la metodología del Coneval) en las que hay el más alto índice de rezago por pobreza, se obvia decir que el fenómeno de la pobreza no desaparece sino que se concentra, es decir, se les margina, pero, tampoco deja de crecer: en septiembre del 2014 con base en cifras oficiales, el Observatorio Ciudadano de Prevención, Seguridad y Justicia reportaba 65 colonias marginadas por su pobreza, al iniciar el año 2017 la dirección de Desarrollo Social de Juárez confirmaba que el número había aumentado a 78, todas consideradas como de alta prioridad.

La oficina de Desarrollo Social señalaba entonces que vivir en alta pobreza significa que a los habitantes de una casa de block, cartones, láminas de cartón, entablados o tarimas del mercado, techos de lámina o hule negro, tablas y piedra y muchos de ellos con piso de tierra, además de todo eso, no les alcanza para comer todos los días o tres veces cada día, que las familias no tienen servicios de salud y no les alcanza para mandar a la escuela a los hijos, es decir, que hay que escoger entre comer o pagar al consultorio médico de una farmacia, la colegiatura, a la pipa del agua o el camión, y muchas veces, para sólo una de esas cosas, si llega a haber dinero.

En Juárez es una imagen común que en una cuadra haya una casa bien equipada, con pintura reciente, un barandal decente y uno o dos coches de reciente modelo en la cochera, y a un lado unos cuartos construidos con tarimas de madera y parches de láminas de cartón, pedazos de plásticos y hule negro. Más adelante, la casa de una familia de obreros de la maquila, si más de dos de los habitantes se encargan del gasto familiar el hogar luce mejor, pintura de no muchos años en el frente y el interior, muebles modestos en buenas condiciones de los bazares, los roperos con ropa de los tianguis o de un Black Friday’s Sale, un carrito de 10 o 15 años de antigüedad con placas fronterizas deshechos también, como en los tianguis, como la chatarra de sus vecinos de Estados Unidos. Pero en la misma cuadra, hay una casa de block que parece picadero, varios departamentos en tres pisos en los que lo mismo conviven una obrera con niños pequeños, que un vendedor de drogas o una pareja de adultos mayores que sobrevive con apoyos del gobierno o vendiendo lo que sea o lo que se pueda para sobrevivir.

La basura, la falta de servicios, la pobreza de unos y el progreso económico de otros conviven en una misma cuadra de una de las 994 colonias de Juárez en las que viven el millón 391 mil 180 mil personas que conforman la población de Juárez, Chihuahua, y de acuerdo con la dirección de Desarrollo Social municipal casi la mitad viven con algún grado de pobreza, 700 mil personas, en 78 de ellas hay focos rojos. Pero hay colonias en las que la pobreza, o la miseria, se mide parejo, en donde la marginación es casi total, tan total que por eso o como consecuencia, se cometen los más horrendos asesinatos sin parar no importa que pasen los años y los programas sociales más novedosos, o que se exponga con todos los reflectores de un festival de Cannes la miseria cruda y llana en que vive la gente, en medio del progreso tecnológico y económico, la falta de solidaridad de muchos, y el olvido oficial de los que viven aquí.

Anapra es un reflejo de esa miseria.

“Anapra sale hasta en las películas”, y sólo la gente de las muchas Anapras que hay en México puede hacerse cargo de salir de esa realidad dura, que tras muchos años siga su gente tan miserable como al principio lo demuestra.

Antorcha ofrece a la gente organizarse, lo hace porque pertenece a ese mismo pueblo olvidado y aplastado, pero es y representa a esa parte del pueblo que no quiere esa opresión ni esa vida, y sabe que no hay otra salida que la organización consciente de la gente para convertirse en una fuerza política tal, que su voz no pueda ser ignorada. “Antorcha dice que sí puede haber un cambio en nuestro país y ese cambio lo puede hacer el pueblo, cómo, creciendo como una sola fuerza”.

“Desde hace 43 años Antorcha ha sido congruente con lo que plantea, con lo que dice, sabemos que es así porque vivimos con ustedes, tenemos las mismas necesidades, vivimos con los obreros, con los estudiantes, con los profesionistas. Hemos logrado electrificaciones, aguas potables para los rincones que ni siquiera los funcionarios saben que existen”; llevando a muchas familias lo que básicamente necesitan para vivir lo más dignamente posible, agua, luz eléctrica, drenaje, calles pavimentadas, pisos y techos de loza, un servicio sanitario, la gente se enseña a luchar, pero debe y puede hacer más.

“El funcionario le tiene miedo al pueblo que se organiza, al pueblo que pide con respeto, al pueblo que pide con la Ley en la mano, eso es lo que hace antorcha, desde el comerciante hasta el obrero o el campesino, pero vamos a mover montañas si nos organizamos”. Organizados, esa inequidad que se ve por ejemplo en una cuadra de una colonia cualquiera de Juárez, puede ir poco a poco acabándose, “Antorcha gobierna municipios y donde gobierna da ejemplo de que sí se puede, si es el pueblo el que gobierna”.

Los presentes fueron convocados a seguir organizándose para crecer y poder lograr ese objetivo, “somos la única organización que se dice de izquierda; aquí en nuestro país no hay ningún partido de izquierda. Los que hay, se olvidaron de hace mucho del pueblo pobre de México y se están olvidando más y Antorcha no se olvida del pueblo, porque somos pueblo también todos los antorchistas”.