Imponen funcionarios de la SCT “empresas favoritas” para otorgar contratos en carreteras

– La historia de siempre… -Sí, sólo que ahora se presume que no hay corrupción. Mientras no se depure a las instituciones, mientras sigan incrustados los mismos funcionarios, la transformación es una farsa.


Imponen funcionarios de la SCT “empresas favoritas” para otorgar contratos en carreteras

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2021, 10:12 am

La Crónica de Hoy/ Especial/
Daniel Blancas Madrigal

Un grupo de “empresas”, de escasa experiencia en el ramo y con una operación casi fantasmal, son impuestas por funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a constructores o proyectistas del sector carretero interesados en obtener contratos.

“La negociación fue que fallarían a mi favor, pero además de la mochada, debía asociarme con una empresa de su pool, dizque para engrosar su historial”, señala Alejandro V., otro de los involucrados, “por zozobra”, en esta red de sobornos al interior de la dependencia federal.

Conforme a los testimonios y contratos en poder de Crónica, entre las empresas de alianza forzada están Diner Supervisión y Proyecto S.A de C.V y Consorcio Lanilse S.A de C.V.

La treta consiste en la obligatoriedad de firmar convenios con “las favoritas”, para participar en los concursos de manera conjunta, “sumando esfuerzos”.

En el centro del huracán está la obtención de contratos millonarios: de 500 a varias decenas de miles de millones en el caso de la construcción, ampliación o modernización de carreteras (la Durango-Mazatlán, la cual transitó del gobierno de Vicente Fox al de Enrique Peña Nieto, terminó costando casi 30 mil millones de pesos; tan sólo por la supervisión de la obra se pagaron más de 35 millones de pesos, “pagados a una empresa que tenía su movida, aunque la mordida fue del 5 por ciento”, señala uno de los concursantes desdeñados en aquel entonces). Y en el caso de estudios y proyectos de ingeniería, de 2 a 20 millones de pesos.

 ¿Para qué sirven los convenios? -se le pregunta a Alejandro, en su oficina al sur de la CDMX.

 Según es para unir recursos, tener más fuerza y posibilidades de ganar un concurso, pero esto se arregla entre los directivos de ambas empresas y ya ellos determinan cuál será la que lleve la titularidad del contrato, en caso de ganar. No tendrían por qué meterse los funcionarios de la Secretaría.

 ¿Cuál es el trasfondo? ¿Qué provecho obtienen con la imposición de estas alianzas?

 Es muy fácil: ´vamos a hacer esto, tengo una empresa que tiene experiencia, tú entras con ella, a mí me van a dar dinero, tú me das otro tanto y vas a ganar experiencia, ya después negociamos tú y yo´. Eso, en el caso de las empresas que no son de ellos, de manera directa.

 ¿Hay otras que sí son de ellos?

 Regularmente está detrás algún amigo, familiar, un prestanombres, y las meten al carrusel.

 ¿Qué ocurrió en tu caso?

 Los funcionarios de la Secretaría fueron los que determinaron: ‘es esta la empresa, te mando toda su información, su acta constitutiva´.

 ¿Y han trabajado en coordinación con ella?

 No, nosotros estamos realizando todo el trabajo. En el convenio -lo muestra al reportero- se definió qué haría la otra empresa y qué haríamos nosotros. Poco después nos dijeron en la Dirección de Contratos: ´Si quieren, y les es más fácil, háganlo todo ustedes´.

 ¿Han investigado al menos con qué activos cuenta esa empresa?

 Prácticamente la hicimos a un lado. Nosotros somos los que tenemos la capacidad técnica, la sociedad está legalmente establecida en el contrato y en el convenio, pero desde el principio y con relación a la obra, la STC sólo tiene contacto con nosotros. La otra empresa ni se menciona, es un simple parapeto para hacer negocios debajo del agua.

 La raja económica…

 Sí, se negocia con la experiencia: dame tanta lana y te paso experiencia a través de otra empresa, está bien cabrón.

Roberto G., dueño de otra empresa dedicada a estructuras, comparte a este reportero el contenido de una llamada telefónica de un “cuate” del medio. Aquí, la reproducción del diálogo.

 Tengo un conocido en contratos, ¿no te interesa? -dice de arranque el colega.

 ¿Para chamba?

 Sí, nos puede echar la mano. Yo no tenía nada, y ya amarré un contrato. Sólo que hay una cosita por ahí.

 ¿Qué?

 Lo quiere por adelantado.

 No le entro. ¿Cuánto tiempo tenemos en esto?, ¿en qué nos va a ayudar? Luego nos dejará embarcado con el contrato.

 Ya ha ayudado a varias.

 Ni por adelantado, ni después…

La conversación se dio el 29 de octubre, 2 días después del reporte presentado por Jorge Arganis, titular de la SCT, ante la Cámara de Diputados, como parte de la Glosa del Tercer Informe de Gobierno, en el cual expresó:

“A través del sector carretero atendemos municipios de media, alta y muy alta marginación, así como a comunidades indígenas con necesidades de conectividad. Se invirtieron mil 222 millones de pesos para concluir 293 kilómetros correspondientes a 60 caminos en el estado de Oaxaca. Esto permite la creación de empleos e impulso de las economías locales”.

“Hemos emprendido la construcción y modernización de 101 kilómetros de carreteras, con una inversión de 3 mil 231 millones de pesos y concluido 12 obras, con una inversión de 5 mil 899 millones de pesos”.

 Ponle que al 10 por ciento de las obras y proyectos le hayan pedido moche. Es una buena lana, pero ellos saben con quién -ejemplifica Roberto.

 La historia de siempre…

 Sí, sólo que ahora se presume que no hay corrupción. Mientras no se depure a las instituciones, mientras sigan incrustados los mismos funcionarios, la transformación es una farsa. Usan a mandos medios y operativos para manejar todo, para mover a su antojo.

 Y no es un solo funcionario…

 No, es una red con muchas tenazas…


EL DATO

Extensión actual de la Red Carretera Federal: 51,405 kilómetros.