Gobierno sólo vino a tomarse la foto: vecinos de Laderas de San Guillermo

**Según los quejosos, cuando se anunció el “plan de intervención social”, algunas dependencias estuvieron presentes –solamente n día- prestando servicios gratuitos.


Gobierno sólo vino a tomarse la foto: vecinos de Laderas de San Guillermo

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2015, 10:20 am

El Diario de Chihuahua

Aquiles Serdán, Chih.- Vecinos de la colonia Laderas de San Guillermo manifestaron su desencanto por el abandono y la indiferencia en la que aseguraron ha quedado la colonia luego de que se anunciara el Plan de Intervención Social que se iba a aplicar en el lugar. Dicho plan iba -dijeron- a hacer frente a la problemática social que se vive acá y que mostró uno de sus peores rostros con el homicidio del menor Christopher, el pasado mes de mayo.

“Luego del revuelo que se hizo por la muerte del niño, mucha gente vino; algunos sólo a ver cómo se vive aquí, como si fuéramos cosas raras, otros llegaban a tomar fotografías del lugar donde encontraron el cuerpo.

Después dijeron las autoridades que esto iba a cambiar, vinieron y plantaron unos árboles, hubo un evento donde se reunió a todos los vecinos y después nada”, señalan los ciudadanos que piden omitir nombres “para evitar más problemas, aquí uno nunca sabe a qué se expone”.

Y es que según los quejosos, efectivamente cuando se anunció el “plan de intervención social” algunas dependencias estuvieron presentes –un día- prestando servicios gratuitos a la población “pero después de eso ya no hubo nada más, sólo durante las vacaciones hubo algunas actividades menores de cultura y allí acabó todo”.

La “normalidad” volvió a las calles, señalan, igual que el vandalismo y la delincuencia, “los robos a casa habitación y las pandillas son cosa de todos los días mientras que la Policía Municipal hace rondines de vez en cuando, pero no son efectivos”.

La atención lograda de la peor forma hace unos meses, explican, “sólo nos dejó muchas promesas que no se han cumplido, plantaron árboles que sólo tienen espinas y que más que servir estorban y hasta daño causan, dijeron que iban a construir una cancha de futbol y no lo hicieron, les pedimos que cercaran el parque porque es un riesgo dejar a los niños que jueguen allí así como está, y tampoco tomaron en cuenta eso.

Queríamos por lo menos una malla para evitar que la pelota se fuera a la calle y los niños corrieran tras ella; el camión siempre pasa a alta velocidad junto al parque y en cualquier momento puede darse un accidente.

En el centro comunitario, aseguran, “a veces se hacen cosas pero no para todos sino sólo para las personas que la encargada decide, a los demás no los incluye. Se supone que si son programas de Gobierno tiene que llegarnos a todos, ¿qué no?”.

El parque señalado por los ciudadanos, se ubica en la esquina de las calles Góndola y Barreno y aunque cuenta con juegos infantiles y una pequeña cancha, los árboles lucen descuidados, la maleza ha crecido, hay desechos orgánicos, la presencia de basura es evidente así como una gran cantidad de bolsas de plástico.

Más adelante, en otro espacio que aparentemente también es área verde ubicado en la esquina de Encino de Oros y calle Fulminante, las condiciones son las mismas en cuanto a descuido y más que espacio recreativo pareciera un predio baldío.

Las casas abandonadas, las pintas de los vándalos, las reuniones de éstos en las esquinas, las calles dañadas y el camión “Chihuahua-Portillo” lleno en su totalidad y circulando a alta velocidad son parte de la estampa cotidiana. Nada ha cambiado.

 Si no se le destina de 3 a 4 años de trabajo continuo, ningún plan de intervención social funciona: antropólogo.

“Cualquier plan de intervención social, para que sea efectivo, requiere de por lo menos 3 ó 4 años de trabajo comunitario, ya que de no ser así, ninguno funcionará, es mentira, no se puede generar una expectativa real de organización, credibilidad o de sumar algo positivo”, señaló Jorge Carrera, antropólogo social cuya tesis doctoral se enfoca precisamente en el tema. Explicó que luego de 4 años de trabajo en la elaboración de dicha tesis a través de un estudio de caso, concluyó, entre otras cosas, “que es necesario actualizar los criterios, filosofías y esquemas de aplicación de recursos porque la realidad en la que estamos trabajando ya cambió y no es posible mantener los mismos esquemas de trabajo que antes funcionaban pero que hoy resultan obsoletos. Necesitamos darle otro nivel de tratamiento, de acreditación, viabilidad y asignación a estos grupos que intentan trabajar desde la comunidad. No se trata de ir a darle algo a la gente, sino pensar en algo a largo plazo; las instituciones que tradicionalmente han ofertado recursos tienen que cambiar su paradigma al igual que debe hacerlo el ciudadano. Tenemos que entender que la suerte del desarrollo comunitario está en la organización antes incluso que en la infraestructura y tiene que estar orientada a atender los grandes problemas de la comunidad. Ahorita tenemos que atender la salud de las comunidades, desde allí se tiene que trabajar, no es con campañas externas sino en el día a día. En estos momentos se debaten muchas cosas, menos iniciativas para un programa de verdadero desarrollo comunitario. Indicó que es necesario innovar en términos de modelos de intervención social tomando en cuenta que no hay nada mejor que la cultura y el arte para detonar creatividad, experimentación en un cauce de trabajo en equipo y reglas. Por otra parte, señaló, las políticas públicas “son muy complicadas para que los verdaderos grupos comunitarios accedan a los recursos públicos, hay demasiados requisitos, demasiados elementos de mediación que necesitan repensarse y rediscutir porque ninguna agrupación estrictamente comunitaria puede cumplir el listado de requisitos.