Fiscal defiende a la Unidad Antisecuetros, acusada de no actuar en el plagio de Matilde Gil

**La diputada federal Lilia Aguilar, por el contrario, sostiene: "Sin fundamento alguno, para cubrir su propia incapacidad, la Unidad Antisecuestros insistía en que mi madre se había ido por su propio pie, por problemas personales".


Fiscal defiende a la Unidad Antisecuetros, acusada de no actuar en el plagio de Matilde Gil

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2017, 17:50 pm

Chihuahua, Chih.- El fiscal general del estado, César Augusto Peniche Espejel, trató de defender a la Unidad Antisecuestro y aseguró que es una de las mejores del país, en respuesta a señalamientos de la familia de Matilde Gil, en el sentido de que en dos ocasiones dejaron ir al autor intelectual del secuestro y asesinato.

Peniche Espejel aseguró que no había oportunidad de detener al presunto asesino, Abraham Tarango, pues no había suficientes elementos para poder fincarle responsabilidades.

A continuación, se publica la versión de la diputada federal Lilia Aguilar Gil, hija de la fallecid Matilde:

El día viernes 7 de abril hubo una llamada de rescate y luego una de cobro. El delito era ya un secuestro, sin embargo la UECS, la Fiscalía y el Gobierno del Estado lo han negado hasta el último momento. Ese mismo día, la UECS decidió dejar ir al monstruo traicionero, al asesino, alegando que lo seguirían por su telefonía, ¡mentira, nunca le entregaron su teléfono! ¡Nunca lo siguieron! “Se nos peló”, reconoció el director de UECS frente a mi familia.

“Su mamá se fue por su propio pie, dejen de buscarla y de hacer pedo”, dijo el comandante Antisecuestros de Chihuahua a una de mis hermanas. ¡Hasta se atrevió a decírselo a la familia completa el domingo 9 de abril en la sala de mi casa! Cuando le preguntamos su fuente, él citó la declaración del monstruo enfermo traicionero y bipolar, el mentiroso que la mandó matar.

Desde entonces todo fue revictimización.

Sin fundamento alguno, para cubrir su propia incapacidad, la UECS insistía en que mi madre se había ido por su propio pie, por problemas personales, sin precisar nada en concreto, tal como lo declaraba nada más y nada menos que el que la mató.

Le creyeron al victimario y victimaron a mi madre y a mi familia miles de veces. Nos sugirieron que mi madre aparecería en algún lugar, “tomándose un coco en la playa”. Investigaron sus cuentas, sus perfiles médicos, su pasaporte, su visa, su comportamiento telefónico, pero eso sí: Nunca, nunca investigaron al sospechoso, ¡jamás! Desestimaron videos, pruebas, llamadas, no investigaron en ese momento, telefonía, vínculos, nada, básicamente estaban centrados en probar su teoría preconcebida. Y como no encontraron nada, optaron por el rumor, las filtraciones, los trascendidos, como si mi familia no fuésemos personas, no fuésemos víctimas, como si no sufriéramos la pérdida.

Hurgaron en nuestras vidas y como no encontraron nada, su última opción: la “señora tenía que ser débil por su condición de mujer”, porque claro, eso vendía a los medios amarillistas y los exoneraba.