Esclavos en Chihuahua en el siglo XXI, los jornaleros de Ojinaga

**Recibían golpes, malos tratos, vivían a la intemperie y les "pagaban" un promedio de 11 pesos diarios por jornadas de 11 horas diarias. Son indígenas rarámuris de la Sierra de Chihuahua.


Esclavos en Chihuahua en el siglo XXI, los jornaleros de Ojinaga

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2014, 09:03 am

Chihuahua, Chih.- De manera que se antoja impensable en el siglo XXI en un estado que presume de un avanzado sistema de justicia laboral, un grupo de 14 indígenas rarámuris fueron esclavizados en los campos de cultivo de chile de Las Bombas, en Ojinaga.

Ademàs de malos tratos, de golpes y de agresiones verbales, y de haber sido aventados a vivir en la intemperie en medio de los horrorosos calores de esta región y, más recientemente, los fríos intensos de la temporada, ellos recibían un pago promedio de 9 pesos la jornada de 11 horas diarias.

Ellos habían recibido cantidades de 150 pesos por 15 días de trabajo, otros de 250 pesos por un mes de labores pizcando chile y ayer fueron localizados abandonados a 50 kilómetros de la cabecera municipal. Todos presentaban desnutrición y signos de deshidratación al haber caminado al menos 20 kilómetros, luego de que allí fueron dejados por el capataz.

Todos son originarios de municipios serranos como Guachochi, Urique y Carichí,. y habían sido reclutados en el municipio de Cuauhtémoc con la promesa de recibir 4 pesos por cada bote de 20 litros que llenaran con chile jalapeño en los campos de cultivo; sin embargo denunciaron que cuando reclamaron que les estaban pagando hasta 20 veces menos de lo que les prometieron, fueron golpeados y después abandonados por el capataz, a quien identificaron como Alí Chaparro. Hay casos extremos en los que sólo se les pagaron 100 pesos por 24 días de trabajo, a pesar de que la recolección fue destacada.

Alí Chaparro, el contratista que los había reclutado, fue entrevistado y en primera instancia negó que hubiera golpeado a los indígenas, pero esto hizo enojar a los representantes de las etnias, quienes se levantaron de sus asientos y lo encararon, diciéndole: "Por qué mientes si bien sabes que nos pegabas si te reclamábamos que nos pagaras". En su defensa, el contratista indicó que le pedían dinero para fumar mariguana, pero eso también fue negado por los indígenas.

Las horas de trabajo, 11 por lo regular, sobrepasan en mucho las jornadas ordinarias de trabajo, tener que vivir prácticamente a la intemperie es otra agravante, el que existan denuncias de golpes por parte del contratista contra de los indígenas es uno más y por si algo faltara, fueron abandonados a su suerte en la carretera cuando se les había prometido llevarlos de nuevo al menos a Cuauhtémoc para que regresaran a sus hogares.