Embutidos Bafar emite malos olores y heces fecales hacia la colonia Las Ánimas

** Niños de preescolar y de primaria se están enfermando de males gastrointestinales y de infecciones en la piel y vías respiratorias, por las partículas que se esparcen por el aire.


Embutidos Bafar emite malos olores y heces fecales hacia la colonia Las Ánimas

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2018, 11:58 am

Chihuahua, Chih.- La fábrica de embutidos Bafar está emitiendo malos olores y filtraciones de aguas negras y tratadas, y esas emisiones provocaron una crisis en la colonia Las Ánimas, que se encuentra en medio de la nueva planta tratadora de la empresa.

Niños de preescolar y de primaria se están enfermando de males gastrointestinales y de infecciones en la piel y vías respiratorias, por las partículas de heces fecales y otras sustancias que se esparcen por el aire.

“¿Cómo es posible que una empresa que fabrica alimentos, tenga en sus propias instalaciones un emisor de estos olores nauseabundos y de partículas de caca en el aire? Ya si no les interesan los colonos y sus niños, por lo menos les debería interesar que sus productos y sus procesos no se contaminen”, argumentaron los afectados en una reunión de la colonia que realizaron el lunes antepasado.

La planta de Bafar y la propia colonia se encuentran a un lado de la carretera a Cuauhtémoc, y acá, los colonos ya han sido víctimas frecuentes de la cercanía de esta fábrica. Recuerdan que, esta empresa “compró” primero una calle, la San Cristóbal, gracias a un peritaje mentiroso que aseguraba que la tal vialidad “estaba en desuso”.

En lo que fue la calle San Cristóbal de las Casas, el Grupo Bafar construyó el centro de distribución robotizado más grande de América Latina con una capacidad de refrigeración para 24 mil toneladas de productos embutidos, lácteos y secos. Es un enorme frigorífico tan alto como un edificio de catorce pisos, totalmente automatizado.

Después, para sorpresa de todos, la misma Bafar tapó, desapareció, invadió, nulificó o como se diga, la calle San Antonio para unir el cuerpo principal de la fábrica con un terreno que había atrás. A raíz de estos despojos, las inundaciones son permanentes durante semanas, cada año, en la temporada de lluvias, porque el tramo que quedó de la San Antonio queda anegado, y el agua se mete a las viviendas. El trabajo natural del arroyo, de desaguar el agua de las precipitaciones, pues, queda nulificado gracias a la presencia de las edificaciones de Bafar, empresa que se ha ensañado con la colonia Las Ánimas.

Desde los tiempos de la administración municipal de Juan Blanco, acá vino Roberto “El Pony” Lara a prometer a los colonos que les iban a meter el drenaje y a arreglar las calles, como compensación porque el Ayuntamiento los había despojado en el año 2005 de la calle San Cristóbal para venderla a Bafar.

Roberto Lara era director de Atención Ciudadana del Municipio, pero ni él ni nadie en aquella administración, ni en la siguiente de Carlos Borruel, ni en las dos que siguieron en manos del PRI, ni en la actual, los han atendido ni les han programado la menor de las obras.

“¿Y encima, esto?”, cuestionaron los colonos, en referencia a las emisiones contaminantes de la empresa.

La gente llegó ya al límite de la tolerancia. En la reunión general del pasado 11 de junio, los colonos tomaron el acuerdo de elevar una queja ante todas las autoridades a las que les corresponde este grave problema de salud pública: al Ayuntamiento, al Gobierno del Estado y su Secretaría de Salud, así como a la Semarnat y la Profepa (dependencias federales que protegen de los daños ambientales y, dependiendo de la respuesta, y si ésta no fuera favorable, determinaron que van a llegar al bloqueo pacífico de la carretera a Cuauhtémoc y a manifestaciones frente al Palacio de Gobierno.