El horror nuestro de cada día (305)

FANTASMAS DE LOS PORTALES


El horror nuestro de cada día (305)

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2017, 15:37 pm

Por Froilán Meza Rivera

“Llegué muy temprano, y mi tarea eran los pisos: darles una pasada para desaparecer el polvo. Era invierno, y el velador me abrió a mí sola. Estaba todavía muy oscuro y me quedé sola en la planta baja. ‘Oiga’, le dije a una señora muy rara que estaba sentada debajo de las puertas de los baños, ‘¿quién la dejó entrar?’ Y levantó la cabeza, y me miró de una forma que me dio mucha tristeza y me dio mucho frío en el corazón”.

La mujer sentada bajó la cabeza, que tenía cubierta con un rebozo negro, y se fue yendo hacia abajo, y se empequeñeció y se desinfló como un globo, hasta que sólo quedó visible la ropa sobre el suelo, y aún ésta desapareció, desvanecida en el zoclo de madera.

“¡Qué susto! Viera que casi me infarté ahí. Salí gritando y me abrió el guardia. Ya no pude seguir trabajando hasta las ocho de la mañana, que llegaron mis otras compañeras, y pude ya con mi quehacer, en compañía de ellas”.

Dicen que son fantasmas heredados. Que pertenecen a tiempos pasados, cuando en el antiguo Palacio del Ayuntamiento estaban los portales del comercio, verdadero centro económico de la capital del Estado de Chihuahua.

En lo que es hoy la Presidencia Municipal, espectros sin hora ni tiempo pasean a placer, y su presencia es más visible en horas de la noche, cuando los ajetreos del día permiten captarlos. “Pero, ¡viera usted! La gente se asombraría de saber que a todas horas del día se manifiestan”, dice Chonito, un ex empleado de limpieza. “Mire, ya trabajé por muchos años; ya soy jubilado, y me los encontraba en los baños, en los pasillos... en la rampa”.

La tal rampa no es otra cosa que un pasillo que comunica los tres cuerpos del edificio que, como se sabe, están separados entre ellos por gruesos muros. De hecho, los famosos portales se dividieron y se formaron tres edificios diferentes, y sólo el espacio de en medio era el del Ayuntamiento. En la parte del lado de la calle Libertad hubo zapaterías, una paletería, etcétera, y en la del lado de la calle Victoria estuvo un banco. Así duró el Palacio Municipal, hasta que, mediante un decreto de junio de 1988, el presidente de la República Miguel de la Madrid Hurtado hizo entrega al Municipio de los terrenos y edificios aledaños.

Pues según don Chon, en la rampa, más de dos se han dado tremendas sorpresas cuando les salen al paso voces y sombras misteriosas.

Es lo que más abunda: las voces y las sombras, pero de vez en cuando se materializa alguien, un ser de otro tiempo, y se confunde con las filas de gente formada para hacer solicitudes en Atención Ciudadana.

 ¿Usted se los ha topado, Chonito?

 Fíjese que luego luego se pueden identificar, porque tienen la vista puesta en quién sabe dónde, y me parece que no ven a la gente, pero además traen ropa que, pues ya no se usa: pantalones negros o grises o, si es mujer, uno de esos vestidos anchos y largos, con blusas cerradas hasta arriba.

Así son los fantasmas de los portales, hoy Presidencia Municipal.