El epitafio de Dolores Escalante

** Se encuentra justo al lado del sepulcro de José María Lafragua quien fue diputado, ministro, embajador, magistrado, poeta, y autor de esos versos que impactan a los visitantes y a quienes descubren la historia inherente a este par de sepulcros.


El epitafio de Dolores Escalante

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2019, 20:24 pm

Fausto Vonbonek/
vonbonek@gmail.com

Tal vez era un mito que Rulfo eligió ciertos nombres para su novela auscultando en las tumbas. Y aunque fuese invención no podemos negar ese cierto placer mientras lo imaginamos de pie ante una tumba y sus ojos que leen fijamente: Susana San Juan. El propio Juan Rulfo ni lo desmentía ni lo aseveraba. Le gustaba el silencio y no obstante las pocas palabras que extrajo de él fueron todas escritas con tal perfección que lo catapultaron como un escritor referente del mundo y hasta de los fantasmas. Cien años antes que viera la luz Pedro Páramo se grabaría un epitafio con un nuevo tren de palabras exactas, esta vez proveniente de la realidad y en un México inmerso en el liberalismo incipiente de Juarez y de la Reforma. Fue en el año de 1850 cuando se grabó el epitafio y se encuentra en la ciudad de México, entre las tumbas gloriosas del Panteón conocido como San Fernando, un cementerio elegante y antiguo que acoge en sus arquitecturas mortuorias ministros de estado, arzobispos, virreyes, tumbas ficticias y hasta presidentes. Basta decir que ahí descansa nuestro Benemérito y más héroes patrios.

Es un cementerio que ha sido nombrado monumento histórico. Y entre cientos de nichos ilustres destaca una tumba con un epitafio sublime y perfecto. Se encuentra justo al lado del sepulcro de José María Lafragua quien fue diputado, ministro, embajador, magistrado, poeta, y autor de esos versos que impactan a los visitantes y a quienes descubren la historia inherente a este par de sepulcros. Uno de ellos, no el de Lafragua sino el de Dolores, su amor tormentoso e incondicional es al que nombran «La Tumba del Amor».

Lafragua nació en la ciudad de Puebla en 1813 y murió en la ciudad de México el 15 de Noviembre de 1875. Se comprometió con Dolores en 1849, y en 1850 el flamante y apuesto ministro de Gómez Farías, de Comonfort, de Lerdo y de Juárez, llegaba puntual al altar. Su novia, la bellísima Dolores Escalante cruzaba la puerta del templo y justo en camino hacia el novio desplomó su mirada y cayó falleciendo al instante. Había una epidemia de cólera, pudo ser consecuencia de ello o de amor; los médicos determinaron un síncope cardiaco fulminante. Lafragua escribió en sus memorias las páginas más afligidas que pueda un dolor revelar a través de las letras. Pero nada logró conservarse… los documentos jamás se encontraron, permanería soltero veintiséis años más hasta su muerte.

Pero hay algo que sí se conserva, un epitafio que en pocas palabras describe la simplicidad y el amor más complejo:

Llegaba ya al altar feliz esposa...
Allí la hirió la muerte.
Aquí reposa.