El caso de Rubén Espinoza tiene visos de ser otro expediente más de impunidad

**Caso similar es el de Armando “El Choco” Rodríguez, periodista de El Diario de Juárez, quien fue asesinado el 13 de noviembre del 2008.


El caso de Rubén Espinoza tiene visos de ser otro expediente más de impunidad

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2015, 21:30 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Por desgracia, el homicidio en perjuicio de Rubén Espinoza y de las cuatro mujeres que lo acompañaban al momento del crimen que cegó su vida tiene visos de quedar en lo mismo que otras muertes violentas de periodistas: en la impunidad.

Al menos ese es el indicio que nos ha dado la autoridad—llámese como se llame—en otros casos de periodistas asesinados, y si no, ahí está la muestra de los casos ocurridos en Chihuahua en los últimos 9 años, de los cuales ninguno ha sido esclarecido en su totalidad.

Para muestra, tres botones arrancados de la camisa de la impunidad de Chihuahua. De los casos más resonados, tres fueron a dar a la Siedo y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), porque se presumía la participación del crimen organizado. Una vez en esa unidad de investigación de la PGR, se volvió prácticamente imposible darle seguimiento a los casos.

Uno de los ejemplos más emblemáticos ha sido el de Enrique Perea Quintanilla, quien fue privado de su vida el 9 de agosto del año 2006 y, hasta ahora, no hay mayores datos como para esclarecer cómo, por qué y de dónde vino la orden de asesinarlo. El caso fue atraído por la SIEDO y desde entonces no se ha sabido más de las pesquisas para dar con el o los responsables.

Caso similar es el de Armando “El Choco” Rodríguez, periodista de El Diario de Juárez, quien fue asesinado el 13 de noviembre del 2008. Lo menos que se puede decir en torno a ese caso es que ha sido “esclarecido”, porque la Procuraduría General de Justicia del Estado, después llamada Fiscalía General del Estado, ha dado por lo menos cinco versiones distintas en torno al móvil y al posible o posibles autores.

Si nos atenemos a la primera hipótesis, la que difundió la procuradora Patricia González, el autor intelectual era el José Antonio Acosta Hernández “El Diego”, a quien se referían constantemente como jefe de la organización denominada “La Línea”. El citado sujeto fue detenido y deportado a los Estados Unidos de América, donde no será juzgado por los homicidios que presuntamente ordenó en México, incluido el de Armando Rodríguez. Entonces, nunca comparecerá ante un juez para declarar sobre ese caso. Por otra parte, la FGE atribuyó la autoría material a un sujeto llamado Julio Gómez o Julio Torres, quien supuestamente murió durante un motín ocurrido en el CERESO de Chihuahua. La versión proviene de un testigo protegido y, por lo tanto, no se puede corroborar ante un juez.

Por el estilo están otros casos de periodistas asesinados en Chihuahua, como el de Norberto Miranda “El Gallito”, locutor de radio que fue acribillado en la cabina donde producía su programa radiofónico.

La lista de víctimas es larga y la de sentenciados por la comisión de esos delitos es muy corta. En los casos mencionados, por lo menos, las investigaciones fueron a dar a la SIEDO y no pasó absolutamente nada. Si el caso del homicidio múltiple en el cual murieron Rodolfo Ríos Garza Nadia Vera Pérez, Yesenia Quiroz Alfaro y otras dos mujeres que no han sido identificadas plenamente será investigado por las mismas unidades, no podemos esperar que surja un resultado distinto.