“El Huérfano”, un volcán en el municipio de Chihuahua

**Maravilloso hecho desconocido para el ciudadano común. **Se le reconoce como volcán por el desparramadero de vidrios volcánicos a su alrededor.


“El Huérfano”, un volcán en el municipio de Chihuahua

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2010, 10:21 am

Chihuahua.- En este municipio se encuentra uno de los muy escasos volcanes conocidos e identificados como tales en el estado.

En medio del llano inmenso y liso como mesa de billar, la única elevación acá es este cerro chaparrito y prieto que apenas sobresale del terreno y que, visto desde el Poniente, parece un cono mordido. Le llaman El Huérfano, y en las fotografías tomadas desde el satélite es posible ver incluso un redondel a su alrededor, como señal de que la tierra se hubiera abierto aquí para escupir fuego.

Este valle, antaño conocido como De Tarabillas, acaba de ser rebautizado como Valle de la Esperanza, por el pobladito de campesinos que hay aquí. Y como nuevos inquilinos de la tierra, más de 200 familias menonitas también llegaron a asentarse acá para convertir la estepa arbustiva en una inmensa labor de cultivo, a base de sobreexplotar el agua subterránea.

El valle está circundado por las sierra del Gallego al Poniente y la de Tarabillas al Poniente y al Norte, mientras que por el Sur y el Oriente lo cierran las últimas elevaciones del municipio de Chihuahua.

Ni duda cabe de que se trata de un volcán.

El origen volcánico de la elevación resulta evidente por el material de que está formado el cerrito, que además de la roca madre de granito, tiene vetas y desparramaderos de vidrios volcánicos y de piedras negras porosas, ígneas indudablemente.

Por supuesto que El Huérfano es atractivo, y no sólo porque su altura escasa interrumpe la llanura, sino por su color, que le es dado por los materiales volcánicos negros. Habrá sin duda resultado atractivo también para las tribus nómadas y seminómadas de los indígenas prehispánicos, probablemente de la etnia de los conchos, porque aquí son abundantes los vestigios de su presencia, en la forma de fragmentos de armas y herramientas de piedra, así como de pedazos de su alfarería de barro cocido.

Una pequeña maravilla es ésta, un volcán para visitarlo y admirarlo, aunque esté chiquito y chaparro.