El CERAO de Chimalhuacán traerá progreso social

Por Abel Pérez Zamorano


El CERAO de Chimalhuacán traerá progreso social

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2016, 15:00 pm

(El autor es un chihuahuense nacido en Témoris, Doctor en Desarrollo Económico por la London School of Economics, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y profesor-investigador en la División de Ciencias Económico-administrativas de la Universidad Autónoma Chapingo.)

Chimalhuacán, en el oriente mexiquense, con más de 700 mil habitantes, era hasta el año 2000 un cinturón de miseria, sumido en la más espantosa marginación. Puede decirse sin faltar a la verdad que su población carecía prácticamente de todos los servicios. En materia educativa solo había una escuela superior. Todo cambió con el arribo del modelo político Nuevo Chimalhuacán, que gobierna desde aquel año: hoy existen seis instituciones superiores. En servicios públicos e infraestructura urbana, casi se ha logrado cobertura universal; existe un moderno sistema de drenaje pluvial para evitar inundaciones y una eficaz recolección de basura (hasta el año 2000 se recogía con carretas tiradas por burros); los pozos de agua, antes negocios privados, hoy sirven a la comunidad. Se han construido importantes instalaciones de salud, como el Hospital Materno-Infantil o el Centro Integral de Salud Mental (CISAME). En materia cultural, se creó la escuela de artes y una orquesta sinfónica de alta calidad, y recientemente abrió sus puertas un impresionante centro cultural, el teatro auditorio Acolmixtli Nezahualcóyotl. Se ha dotado a la policía con un moderno y funcional edificio, vehículos y equipo, que garantizan mayores niveles de seguridad. Personalmente he estudiado por años la región y he publicado, con Miguel Ángel Porrúa, dos ediciones del libro Marginación urbana: el caso del oriente mexiquense (región que abarca Chalco, Valle de Chalco, Ixtapaluca, Los Reyes La Paz, Chimalhuacán y Chicoloapan), y puedo decir que estamos ante un verdadero modelo de desarrollo urbano. Pero hay un reto no superado, por ser de orden estructural: el ‪#‎empleo‬. De la obra citada comparto con usted, amable lector, algunos datos al respecto.

No hay en Chimalhuacán industrias grandes. La estructura está fragmentada, con bajos salarios, sin prestaciones de ley ni estabilidad laboral; en cambio, en el bloque del Noroeste del estado (Atizapán, Ecatepec, Huehuetoca, Huixquilucan, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli, Tlalnepantla y Tultitlán), hay, en promedio, 41 empresas grandes por municipio. En la industria manufacturera, por cada siete empleados en ese bloque, hay uno en el Oriente; Toluca tiene el 12 por ciento del empleo en el estado. El promedio de empleados por empresa en 2003 fue de 23 en el Noroeste, 7 en el Oriente y menos de tres en Chimalhuacán. Parques industriales, en el estado hay 64, el segundo lugar nacional; en Toluca y Tlalnepantla, 10 en cada municipio; en el Noroeste, la mitad del total estatal; en el Oriente, 4 y en Chimalhuacán ninguno. En cuanto al activo fijo por unidad económica comercial (2006), mientras en los municipios del Noroeste promediaba 257 mil pesos (en Tlalnepantla 405 mil), en Chimalhuacán, fue de 56 mil; el valor agregado por persona en el comercio es de 404 mil pesos en el Valle de Toluca (Toluca, Metepec y Lerma); en Chimalhuacán, 46 mil. El porcentaje de población ocupada que gana más de dos salarios mínimos es: en Metepec 75, Huixquilucan 72, Toluca 68, y Chimalhuacán 54, un poco más de la mitad; en el 46 por ciento de los hogares se gana menos de 140 pesos diarios, y si consideramos familias de cinco personas, cada integrante vive con 28 pesos, sin descontar gastos de traslado y otros.

Según estudio del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales (2011), solo 30 por ciento de las personas ocupadas laboran en el municipio, 40 por ciento de ellas con empleo permanente, y 19.4 con contrato colectivo de trabajo, frente a 59.2 por ciento de quienes laboran fuera. ‪#‎Chimalhuacán‬ es una ciudad dormitorio. El 70 por ciento de los ocupados trabaja en la Ciudad de México u otros municipios, y un alto porcentaje invierte hasta 50 pesos diarios en transporte y alrededor de 26 en alimentos fuera del hogar. El 45 por ciento de ellos emplea hasta tres horas diarias en el traslado a sus trabajos. Los padres están normalmente ausentes, y las mujeres que dirigen hogares están todo el día fuera y no puedan atender a sus hijos, dejándolos solos o al cuidado de vecinos.

Para enfrentar esta situación y crear empleos locales, estables, dignos y bien pagados, desde hace ocho años el gobierno municipal ha gestionado y viene elaborando el proyecto Centro Estratégico de Rehabilitación Ambiental de la Zona Oriente, ‪#‎CERAO‬, un moderno parque tecnológico que generará 40 mil empleos permanentes directos y 80 mil indirectos, en clusters empresariales textil, manufacturero, de maquila, farmacéutico, automotriz, aeronáutico, servicios a empresas y tecnológico. En el diagnóstico técnico y socioeconómico y la formulación del proyecto participó un equipo de especialistas en urbanismo y medio ambiente, de la UNAM, UACh, UAEM, CEMEES, el Centro EURE, UAM, Corte Internacional de Arbitraje Ambiental, Academia Mexicana de Derecho Ambiental, Universidad Tecnológica de Nezahualcóyotl y otras. El CERAO incluye 20 hectáreas para la Universidad Politécnica, 30 para el Centro Deportivo y Recreativo (41 canchas de futbol, beisbol, basquetbol, frontón y área de juegos infantiles), y 150 para un parque tecnológico con empresas de industria ligera no contaminantes. En cuanto al ambiente, el predio “Los Tlateles” tiene 800 hectáreas (el CERAO ocupará solo una cuarta parte); en las 600 restantes habrá una zona de mitigación operada por la CONAGUA, con un proyecto hídrico con dos vasos reguladores y la ampliación del lago Nabor Carrillo.

Pues bien, como fruto de la gestión, el gobierno federal destinó a este gran proyecto 200 hectáreas del predio “Los Tlateles”, terrenos áridos y salitrosos, sin uso agrícola o forestal. El hecho ha desatado una agresiva campaña mediática de políticos opuestos al progreso, incluidos senadores y líderes del PAN y el PRD, que critican al gobierno federal por “regalar a Antorcha Campesina” los terrenos, en un acto, según su dicho, de corrupción.

Indudablemente faltan a la verdad. Por principio, el Diario Oficial de la Federación, en su edición del 21 de julio categóricamente destina el predio al municipio, no a una organización, y precisa: 20 hectáreas para la Universidad Politécnica “Organismo Público Descentralizado del Gobierno del Estado de México”, y lo demás para el CERAO. No hay nada oculto ni sorpresas en el proceso. La gestión municipal hacia el gobierno estatal data desde 2008, y el compromiso de este último, ya con el doctor Eruviel Ávila como gobernador, de diciembre de 2012. Ese mismo año la Cámara de Diputados etiquetó recursos para la elaboración del proyecto. Y sigue. Desde el 8 de diciembre de 2015 el Diario Oficial publicó la asignación de 20 hectáreas para la Universidad Politécnica y el 22 de ese mes la Cámara de Diputados del Estado de México autorizó la creación de una empresa paramunicipal con personalidad jurídica para recibir los terrenos y crear y administrar el CERAO, fondeada con capital de los tres niveles de gobierno y del sector privado.

Tampoco hay, como se pretende, daño ambiental; el proyecto busca recuperar el ecosistema e incluirá varias plantas de tratamiento de aguas para irrigar las áreas verdes; dos viveros, un jardín botánico y un criadero de ahuautle, ciclopista, huertos de árboles frutales, sistemas de captación de agua de lluvia y de energía solar, área de reforestación y de anidación. Finalmente, quienes le atacan enseñan el cobre: dicen que su cercanía con el aeropuerto elevará la plusvalía de los terrenos; critican porque, muy probablemente, algunos ambiciosos que esperaban especular con esas tierras hoy ven con molestia que serán destinadas a ‪#‎BeneficioSocial‬. Para ellos la tierra es para los ricos, nunca para los pobres, a quienes se desaloja, a veces violentamente, para establecer desarrollos urbanísticos, residenciales o comerciales. El CERAO es otra cosa: un ejemplo de cómo puede gobernarse en beneficio de las mayorías depauperadas.