Durmió con el cadáver de su esposa

**Macabro sujeto la asesinó de seis puñaladas. Al parecer no se dio cuenta de su crimen. Despertó y se quiso ahorcar por los remordimientos.


Durmió con el cadáver de su esposa

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2018, 13:37 pm

Chihuahua, Chih.- Eulalio Ramírez Guzmán fue protagonista de una historia de terror de la que no se repone todavía. Dentro de su prisión en el CERESO de Aquiles Serdán, dicen los guardias que tiene un sueño inquieto y que por las noches se despierta, a veces dando gritos espantosos aunque ya despierto ni se acuerda.

Es que este sujeto se intoxicó con alcohol un día, y se fue de parranda, y al llegar a la casa, lo que se le ocurrió fue matar a su señora de seis puñaladas en diferentes partes del cuerpo. Ramírez Guzmán durmió con el cadáver, y más tarde, al darse cuenta de lo que había sucedido, ya con la conciencia de la falta terrible que cometió, intentó quitarse la vida él mismo.

Era el sábado 30 de julio de 2005. Eulalio ha de haber llegado a su casa a eso de las cuatro de la tarde. Discutieron tal vez y riñeron por algo de lo que realmente, no hay evidencia. De acuerdo a la declaración ministerial del inculpado, éste no recuerda bien qué fue lo que pasó. Sólo que desde temprano acudió a una cantina a emborracharse. Sólo vaguedades y los humos del alcohol.

De los hechos se tuvo conocimiento hasta más tarde, cuando cerca de las 20:00 horas, la policía recibió una llamada del teléfono de emergencia 060. Se dijo que una llamada de auxilio reportó que en la casa ubicada en las calles Lucha Campesina e Ignacio Rodríguez, había una persona lesionada.

¿Quién llamó? No se supo.

Ya con el aviso, llegó al lugar la patrulla número 956 con el agente Fernando Márquez al frente. Ahí le dijeron que la lesionada estaba en la vivienda y al pasar el agente, se percató de que Hortensia González Cera estaba en la cama con una herida en el pecho. Después se supo que el arma había sido un cuchillo grande, pero de momento sólo se le vio una mancha de sangre. Al revisarla, la mujer no mostró signos vitales.
El agente salió para pedir una ambulancia desde el radio de su patrulla, así como la presencia del Ministerio Público. Pero al salir de la vivienda el policía, el esposo, quien estaba en el lugar, aprovechó la ausencia para salir al patio, donde intentó colgarse del cuello atando una vieja hamaca a un árbol.

Un vecino, sin embargo, corrió para avisar al agente de lo que pretendía el asesino (en esos momentos no se sabía que él era el responsable), y dos policías entraron al patio y, mientras sujetaban el cuerpo, el mismo vecino cortó la hamaca con una navaja para bajar todavía con vida a Ramírez Guzmán.

Sabedor de lo que había hecho, Eulalio intentó agredir a los agentes para escapar, pero ya no tuvo ni para donde hacerse y se vio sometido de inmediato.

Aunque este crimen no tuvo repercusiones sociales y los periódicos no le dieron más espacio que cuatro párrafos, los vecinos sí se horrorizaron ante el hecho de que el asesino haya dormido con el cadáver de quien apenas hacía tres horas era su esposa. Esperanza Terrazas, habitante de la misma cuadra, dijo al respecto que el matrimonio de Eulalio y Hortensia parecía “bien normal”, que aparentemente “estaban bien avenidos” y que el señor “sí se echaba sus copitas, pero como todo el mundo, como el mío, pero óigame, de que hayan tenido problemas como toda pareja, a que la haya asesinado, hay mucha diferencia”.