Dorados: fracaso con final feliz

**A la afición fiel se le podrá consolar con la “barrida” ante Rojos, pero ese detalle, más que exculpar a los directivos, los señala como los grandes impulsores del fracaso.


Dorados: fracaso con final feliz

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2017, 21:00 pm

Editorial de El Cierre (elcierre.com.mx)

Fracaso con “final feliz” y, en general, muchas enseñanzas deja la temporada 2017 de Dorados de Chihuahua en la Liga Estatal de Beisbol. Ese quinto lugar de grupo y octavo puesto general, que ocupan cuando falta una jornada por jugarse, no corresponde a la jerarquía de un equipo ganador.

A la afición fiel se le podrá consolar con la “barrida” ante Rojos, pero ese detalle, más que exculpar a los directivos, los señala como los grandes impulsores del fracaso.

La afición que sí analiza, habrá de valorar toda la temporada y no solo una serie.

El resultado deportivo es muy malo, es un fracaso, aunque se quiera hoy vender un “final feliz”, que sucedió por azar. Los tres juegos ganados a los Rojos, fue un caso fortuito; en términos populares, como el burro que tocó la flauta. No fue una acción planeada, simplemente apareció de sorpresa y ya.

Lección 1

Dividir y repartir, como simples cuotas de poder, los rubros deportivo y administrativo, juega en contra siempre. Al ser cuotas de poder, el lógico jaloneo por demostrar quién manda, provoca enfrentamientos que siempre perjudican los resultados del equipo en el terreno de juego. Eso se vio en el 2014 y este año… el hombre es el único animal que repite el mismo error.

Como en el 2014, en el actual, el pleito pasó de la “guerra fría” al choque frontal. La lucha de egos pudo más que la razón. El resultado: han sido las peores temporadas de que se tenga registro en la historia de Dorados.

Lección 2

A Dorados le urgía una limpia en el dogout. Las grillas internas hicieron explotar a varios manejadores en años pasados y fueron una traba en el avance del equipo. El actuar de esos grupos fue para perjudicar a la escuadra capitalina, a cambio de beneficios personales. Es decir, tomar de rehén a directivas, poniendo como condición para jugar a ganar, el que les entregaran bonos extras a sus remuneraciones pactadas, etc...

A la hora de negociar sus pagos, hubo elementos que exigieron cantidades que no hubieran recibido en ningún otro trabajo. Y se les cumplió el capricho, pues se les consideró indispensables.

Un hecho marca y ejemplifica lo anterior y es de muchos conocido, cuando en la segunda mitad de la temporada 2016, un grupo de siete peloteros se amotinó en el Estadio Monumental en el jueves previo a viajar a Nuevo Casas Grandes. Al enterarse que uno de ellos sería sacado del roster por lesión, los otros seis amenazaron con renunciar al equipo; incluso se negaron a entrenar. Con ese berrinche, lograron que la directiva no moviera de la lista de 24 al pelotero lesionado.

Lección 3

En la Segunda Zona hay mucho talento en los peloteros menores de 21 años. Eso se ha insistido hasta el cansancio, pero una a una, las directivas prefieren traer jugadores de pésima calidad (los buscadores locales de talento foráneo son por mucho, los peores de todas las zonas) que preparar la camada de jugadores de casa que sólo requiere un buen coach de pitcheo y otro de bateo. Pareciera que el dinero sobra y están urgidos por tirarlo a la basura.

Casi todos los jugadores que alineó Dorados ante Rojos, son locales. Guillermo Figueroa y Antonio Peraza no son originarios del estado. Luis Guillén y Felipe Hernández son chihuahuenses, originarios de otras zonas. El resto, son de la Segunda Zona. Una prueba contundente de que hay calidad.

Sin embargo, el que haya peloteros locales de buen nivel no significa que esté solucionado el asunto deportivo de Dorados. Ayudaría mucho que se defina una base amplia y se trabaje los próximos meses en detalles físicos, técnicos y sicológicos, que les permitan elevar su calidad. Esto haría posible que Dorados no dependa en el 2018 de los “súper estrellas” foráneos que en el mejor de los casos son peloteros del montón.

Lección 4

El fracaso deportivo es consecuencia de un pésimo manejo financiero, que se ha vuelto costumbre y no existen medidas para evitarlo. Ya no es noticia que una zona se declare en quiebra; la noticia sería que informara de números positivos en lo económico.

Mucho se habló de evitar los despilfarros, de aplicar auditorías mensuales, de castigar los malos manejos del dinero. Aquí no pasa nada… discursos, discursos, discursos.