Diputaciones a precio de ganga, pretende el PRI para su amigo, el PT

**No los va a dejar tirados y por eso pretende ahora reformar la legislación electoral y hasta la constitución del estado para abaratarles la retención del registro como partido.


Diputaciones a precio de ganga, pretende el PRI para su amigo, el PT

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2015, 18:21 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

El PRI no puede quedarle mal a unos aliados que le han ayudado tanto a lo largo de los años, como son los miembros de la familia Aguilar, quienes han “echado la mano” en numerosas ocasiones, no de manera gratuita, claro está, pero ahí han estado cuando se les ha requerido.

No los va a dejar tirados y por eso pretende ahora reformar la legislación electoral y hasta la constitución del estado para abaratarles la retención del registro como partido estatal y el ingreso tanto al Congreso del Estado como a los ayuntamientos.

Para que no vuelvan a sufrir como lo han hecho en los últimos años, cuando alcanzan “de panzazo” el 2 por ciento de la votación válida emitida (y eso sólo hasta que se eliminan de la cuenta los votos nulos, esos que emiten quienes pretenden protestar escribiendo algo en una boleta que sólo los funcionarios de casilla leen), el PRI pretende bajar esa cuota a un 1.5 por ciento, que alcanzarían de manera apretada, pero no tan angustiante como el “difícil” dos que ahora se les exige.

De prosperar el proyecto que ya denunció el coordinador de la bancada del PAN en el Congreso del Estado, César Jáuregui, el PRI metería reversa a la corriente electoral que corre en los ámbitos políticos del país y volver a los tiempos previos a la reforma política impulsada por el presidente Carlos Salinas de Gortari, cuando se subió el “piso” de votos, del 1.5 al 2 por ciento.

Estamos hablando de principios de la década de los 90as, cuando varios partidos que solían ser comparsas del PRI retuvieron el registro a duras penas en la elección federal intermedia de 1991, sólo para perderlo en la presidencial de 1994, cuando ya no lograron conservar el dos por ciento ya establecido en la ley.

Una reforma de esas proporciones resultaría profundamente impopular, porque resultaría evidente que se trata de darle vida artificial a un partido como el PT que ya fue echado a la calle por los electores del país y que tiene su dosis de repudio local por ser un evidente negocio familiar, donde sólo los miembros de la familia Aguilar-Gil pueden aspirar a una diputación local, y eso por la vía plurinominal.

La reforma en ciernes pretende incrustar en la ley una figura de partido estatal, ya existente pero ahora “abaratada”, pues se les pediría obtener un 1.5 por ciento de la votación para conservar ese registro. Con los 19 mil votos que obtiene el PT en cada elección, menos los 28 a 30 mil votos nulos que se emiten en promedio, sí alcanzaría ese porcentaje.

El problema aquí es cómo justificar el acceso al Congreso de un partido que ya no existe en el ámbito político nacional porque fue echado del registro por un electorado que prefirió anular su voto o entregárselo a nuevas ofertas partidistas, como Morena o el Partido Encuentro Social, que en su primera aparición obtuvieron sobradamente el 3 por ciento y hasta más.

¿Cómo decirle a la sociedad que le vamos a entregar otra vez los 13 millones 159 mil pesos que le damos actualmente? ¿cómo justificar una sexta diputación de Rubén Aguilar si su partido tuvo un ínfimo porcentaje de votos?

Los malpensados dicen que, con esa reforma, el PRI pretende en realidad lavarse las manos y justificarse ante su amigo de toda la vida. “´¿Te quitaron el registro? Yo te lo devuelvo”… sí, por el PRI no va a quedar. Sólo falta que los tribunales federales lo conserven, a ver si ahí sí obtienen el mínimo de votos de los magistrados para mantenerse con vida.