Día de muertos: la violencia se llevó a toda una generación

**Entre 1999 y 2012, justo durante la etapa en la cual comenzó el incremento de la actividad delictiva, la población de 14 a 35 años se moría por el efecto de las balas.


Día de muertos: la violencia se llevó a toda una generación

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2014, 19:21 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Las cifras oficiales tanto de la Organización Mundial de la Salud como del INEGI y de los organismos de salud del país nos dicen que los seres humanos vivimos más años que en épocas anteriores, o lo que es lo mismo: nos tardamos más en morir.

Este fenómeno, un auténtico logro de la ciencia y los avances farmacéuticos, se ha convertido en un trastorno de dimensiones aún insospechadas porque la prolongada vida de las personas en retiro ha hecho que entren en crisis todos los sistemas de pensiones y jubilaciones del mundo.

En México, de acuerdo con el INEGI y con cifras del Consejo Nacional de Población, muy parecidas las unas de las otras, nos dicen que las mujeres viven en promedio 78 años y los varones 73. Es decir, las mujeres viven 5 años más que los hombres, si las cifras tienen razón.

El promedio mexicano es bastante aceptable si se toma en cuenta que países altamente desarrollados, como los nórdicos o las grandes economías asiáticas tienen promedios de edad muy cercanos a los nuestros.

En general, el país puede congratularse del avance de sus sistemas de salud, de prevención y de alimentación porque sus habitantes viven por lo menos 10 años más de lo que vivían en promedio hace 30 años.

Hasta ahí todo bien. El problema empieza cuando vemos las cifras de edad en Chihuahua y en otros estados colmados por la violencia.

De acuerdo con cifras de la CONAPO, entre los años de 1999 y 2012 cayó la esperanza de vida entre la población de 14 a 35 años, justo durante la etapa en la cual comenzó el incremento de la actividad delictiva. Esto es, que la población joven, la que se encontraba en plenitud de facultades, era la que se moría pero no por causa de malformaciones genéticas o enfermedades propias de la juventud, sino por el efecto de las balas. Mientras que en el país los varones vivían 73 años, en Chihuahua teníamos seis años menos de vida: 67.

No es gratuito que haya bajado la esperanza de vida en un estado donde murieron 19 mil 491 personas de manera violenta. Alguna vez, el Gobierno del Estado de Chihuahua calculó que el 70 por ciento de las víctimas de la violencia tenían entre 14 y 35 años.

La muerte sentó reales en Chihuahua y causó trastornos demográficos de los que no nos levantaremos en poco tiempo. La violencia hizo que prácticamente perdiéramos una generación de chihuahuenses y, con ello, se crear un gran hoyo negro demográfico, social, político y hasta cultural.

Lo peor de todo es que la mayoría de esas casi 20 mil muertes violentas no conmovieron más que a sus seres queridos. La sociedad en general los vio con indiferencia, como si la muerte violenta no nos importara.