Desaparecieron de Chihuahua, 10 especies de lagarto por calentamiento global

**Según un amplio estudio presentado por Héctor Gadsen Esparza, del Instituto Nacional de Ecología. En la foto, una abundante especie local: Aspidoscelis marmorata.


Desaparecieron de Chihuahua, 10 especies de lagarto por calentamiento global

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2015, 15:48 pm

Por : Heidi Rodríguez

Chihuahua, Chih.- El primer estudio integral que investigó la correlación entre la presencia de lagartijas y el calentamiento global demostró que, de las 50 especies que existen en la entidad, 10 de ellas desaparecieron en ciertas poblaciones a lo largo de 25 años debido a que les es posible perder su hábitat, pero queda indefensas ante las altas temperaturas.

Héctor Gadsen Esparza, del Instituto de Ecología (Inecol), expuso lo anterior al recalcar que la proyección del cambio climático detalla que para el 2050 el seis por ciento de las cinco mil especies de lagartijas que habitan en el mundo estarán extintas, pues la temperatura subirá de manera general casi 4 grados, lo que “es una fatalidad para todos”.

Sin embargo, enfatizó que no existe un culpable en específico, de tal forma que es un error que los activistas ecológicos sentencien a ciertas empresas cuando ellos mismos están implicados, al transportarse en medios que utilizan hidrocarburos que también contaminan.

Gadsen Esparza relató que un grupo de 26 investigadores inició el monitoreo, que comenzó en la península de Yucatán, de la especie “sceloporus serrifer”, casi endémica de México y con cierta presencia en Sudamérica, a lo largo de 25 años, con el fin de medir su ciclo de reproducción y abundancia.

Por medio de aparatos denominados “datalogger”, que midieron la temperatura operativa en norte y sur de la península, encontraron que en estas últimas, que son las más calientes, es en donde poblaciones enteras dejaron de existir.

“La investigación se respaldó con la información de las estaciones climáticas de tal lugar, sobre todo en los seis meses cuando tiene su ciclo de reproducción, y el resultado fue que en los dos registraron un incremento significativo en un periodo muy corto y era una tendencia general”, describió.

Otro aspecto analizado fue el cómo influía la temperatura de sus cuerpos en su sobrevivencia, toda vez que su “filogenética evolutiva” determina que si ésta pasa los 35 grados la hembra pierde su fertilidad, porque se afecta el desarrollo embrionario, apuntó.

“Al pasar a 38 o 39 grados como temperatura corporal interior, las lagartijas mueren porque ya no pueden termorregular. Hay posibilidades de que pudiera tener cierto ritmo de cambio, pero aquí (en las mediciones) alcanzó la máxima de pronto, lo que hace que se extingan”.

El estudio comenzó en México, pero se extendió a otros continentes como África, Europa y Australia, entre 1975 y 2009, en sitios no alterados por el hombre, y en todos ellos el calor había sido factor para la desaparición de poblaciones.

“Hay cinco mil especies de lagartijas en el mundo y hay un modelo muy sencillo para determinar la temperatura ideal en la que se desarrollan los individuos, al sumar el promedio que existe en la temperatura donde viven y donde vivían, con lo que con ello se saca una constante”.

“Esta determinó que 3.78 eran las horas de actividad de las nueve que tenían, lo que fijó un estándar que si se rebasa, pueden sobrevivir, pero si baja, mueren. Es una constante mundial”, aseveró.

Tal experimento se demostró en Yucatán, en donde los científicos encontraron que debido a las altas temperaturas la restricción para sus horarios de actividades les permitía disponer de sólo una hora al día para comer y reproducirse, por ejemplo, de tal manera que era insuficiente, tanto para esta especie como para el resto de las lagartijas, comentó.

“El cuestionar si el calentamiento global existe o no ya no es discutible, hay demasiados datos científicos que lo comprueban”, criticó al señalar que en Chihuahua hay alrededor de 50 lagartijas, y 150 anfibios y reptiles, de los que una gran parte están en peligro de desaparecer por el calentamiento global.

“Hay dos especies las ovíparas y las vivíparas, éstas últimas que paren y necesitan un desarrollo embrionario de seis meses que comienza en octubre, que requieren de una temperatura adecuada y de ser más alta, mueren y no hay descendencia hasta que se extingue la especie. Lo cual se ha observado en pocas generaciones”, asentó.

Explicó que en el desierto chihuahuense hay muchas especies que viven en la zona rocosa y aquellas que son vivíparas son dos veces más vulnerables que las que ponen huevos: “Yo calculo que alrededor de entre 10 y 15 especies de ambos tipos están en peligro de extinguirse, además de que muchas de ellas ya desaparecieron en varias poblaciones, en tanto que las microendémicas redujeron su abundancia.

“Los organismos tratan de conservar su temperatura y buscan espacios más altos porque es más fresco, o incluso ir hacia adelante a latitudes mayores, para sobrevivir. Lo que vemos en todo el mundo es cómo muchos artrópodos extranjeros ya invadieron Europa, lo que provoca haber arrasado cultivos y bosques”, describió.

“Las lagartijas se han admitido como un icono de la medición porque fue el primero que concentró. Es el primer modelo, no sólo matemático sino ecofisiológico, que ofreció una evidencia de que el calentamiento global estaba provocando daños, y no es que se vayan a extinguir, ya se extinguieron. Se calculó que en ese periodo entre 2005 y 2009, un cuatro por ciento de las poblaciones se extinguieron. Mexicanas, de Europa y de Australia, específica y globalmente, en todo el mundo”, recalcó.

Con respecto al calentamiento global, opinó que “hay toda una madeja de aspectos de toda índole que están involucrados, pero no hay un solo culpable, no se puede analizar así”.

Lo anterior debido a que Estados Unidos, Europa Occidental y China son las naciones con mayor emisión de gas invernadero, pero si se frenara la actividad se desplomaría la economía del resto del mundo que dependen de estas naciones: “Todos dependemos de todos”.

“No hay culpables, tendemos a ver estos problemas como una rebanada y debemos verlo como parte del mismo desarrollo evolutivo del homo sapiens, tendríamos que remontarnos a hace 10 mil años, cuando los inventos nos aislaban de otras especies”.

“Pero a raíz de que (el hombre) se hace sedentario, explota todos los recursos y gradualmente hace que haya repercusiones ecológicas en los sitios donde se desarrollan, sería que como especie hemos fallado, pero es un error etiquetarlo a grupos industriales”, consideró.

“Por ello me dan risa las posturas de los ambientalistas como Green Peace, que persiguen a los balleneros pero se desplazan en barcos que usan gasolina y ¿de dónde viene la gasolina y a dónde va? A los congresos de protesta llegan en avión que contamina. Todos estamos inmersos y por ello todos debemos colaborar, pero no buscar culpables con nombre y apellido”, sentenció.

Reiteró que se ha medido que aunque se la actividad industrial frenara por completo para evitar la contaminación, el “calentamiento ya está en curso por inercia y en el supuesto de pararlo al 100 por ciento, requeriría de dos décadas para empezar a ver resultados, lo que no va a suceder”.

Describió que en 80 años las temperaturas han incrementado en 1.8 grados, mientras que las proyecciones científicas y ambientalistas calculan que para 2080 habrá subido otros tres grados, pero para 2100 llegaremos a entre cuatro y cinco grados más, lo que “sería una catástrofe para todas las especies”.