De zorrillos muertos y otras yerbas

**El folklore reconcentrado de un decadente mercado urbano. **Magia y superstición, botánica y piñatas.

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2010, 21:54 pm

Foto y texto: Froilán Meza Rivera

Chihuahua, Chih.- La magia blanca flota en el ambiente y algo más: un olor penetrante, como de almizcle fuertemente concentrado.

El visitante, alentado por lo extravagante del lugar, se topa de frente con el cadáver de un zorrillo, abierto en canal y sin cabeza, que cuelga de un poste.

Ésta es la Yerbería Zamora, en el tradicional mercado de Los Gallos, de la Calle Cuarta.

El fuerte olor delata al zorrillo e invade los pasillos de este mercado, que ya se quedó semiabandonado y al que le quedan sólo los rubros más marginales del comercio local. En efecto, a raíz de que los negociantes de frutas y legumbres, de semillas y chiles, de juguetes, de abarrotes, se trasladaron a otros sitios en la misma zona de la Cuarta, aquí sobreviven los yerberos y un negocio de piñatas.

¡Ah! Y un puestecito de juguetes de plástico con productos más que modestos y para el consumo de los estratos más jodidos de la población de la capital.

Pero las yerberías atraen a una clientela cautiva, la que se cura con tés e infusiones, la que combate los hechizos con rituales de magia blanca. El zorrillo, por ejemplo, se usa hervido junto con un té de gordolobo combinado con bugambilia y eucalipto. Dice el señor Zamora que esta infusión es muy buena contra el asma y la bronquitis, tomado dos veces al día, mañana y noche.

Aquí venden también el ajo japonés, contra la presión, el colesterol alto, y es bueno para mejorar la circulación.

¿Y la carne molida de víbora de cascabel, que aquí se expende en bolsitas de 100 gramos? Combate el cáncer, la diabetes, la mala circulación, la anemia, y se usa hervida en agua con un puñito del gordolobo compuesto.

Algo de magia flota en estas yerberías. Hay también un polvo dorado que sirve para pintar las velas blancas, y que son parte de un ritual para atraer amor, dinero y salud. Vaya usted a saber, pero como se dice coloquialmente, si no ayuda, tampoco perjudica, y quién sabe si las yerbas, herencia milenaria desde nuestros ancestros prehispánicos, hacen maravillas y, en una de ésas, hasta milagros. Pero de que representan una enraizada tradición mexicana, ni la menor duda cabe.