De lo ejemplar al ridículo en la narcocultura de México

**El narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán se fugó del penal de máxima seguridad de Almoloya


De lo ejemplar al ridículo en la narcocultura de México

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2015, 13:00 pm

México, país de corridos y peliculescas anécdotas. México, donde aún en medio de la tragedia de la peor barbarie en los tiempos posrevolucionarios -que habla de hasta 150 mil muertos en la guerra contra el crimen organizado del 2006 a la fecha- el humor negro, la ironía y la incredulidad alcanzan para, irreverentes, mantener día a día esa fatídica fascinación a la narcocultura, pasando de lo ejemplar a lo ridículo.

Si el 19 de enero del 2001, cuando escondido en un carrito de lavandería se fugó del penal de Puente Grande, en Jalisco, Joaquín “El Chapo” Guzmán exhibió al sistema de justicia mexicano… Hoy, luego de haberse convertido en el narco más buscado por México y Estados Unidos; luego de aparecer en la lista de los millonarios de Forbes, en realidad su nuevo escape abrirá una gran herida que será difícil de restaurar para el equipo estratégico del Gobierno Federal mexicano.

Hoy, seguramente arreciarán los reproches y los señalamientos al recordar que apenas a mediados de abril pasado el mundo reportaba que el líder criminal recibía sospechosas visitas al reclusorio. Apenas el 22 de febrero –cuando su captura fue presentada como el más grande logro en la lucha anticrimen del presidente Enrique Peña Nieto- había completado el año de estar nuevamente en prisión.

Pero lo de “El Chapo” es apenas un capítulo más en el anecdotario de la narcocultura para el mundo, ésa que inspira a corridos, novelas y películas, material que pareciera representar un universo plasmado de exageraciones, que para infortunio de los mexicanos es una realidad diaria.

Apenas el 9 de agosto del 2013, Rafael Caro Quintero, otro de los grandes y legendarios capos mexicanos, estaba ya en la calle luego de 28 años en prisión, pero a diferencia de “El Chapo”, fue la propia justicia la que abrió la celda del Reclusorio Preventivo de Jalisco mediante un amparo. A las pocas horas lo previsible: el narco que incluso había propuesto que lo dejaran pagar la deuda externa de México con Estados Unidos en los 80 desapareció antes de que ordenaran su reaprehensión.

BURLAN A LA MUERTE

Pareciera que la muerte, lo único que ha hecho a algunos capos mexicanos es liberarlos de las ataduras geográficas, pues los ha lanzado a la “omnipresencia” en tiempo y espacio.

A la fecha, la muerte de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, no puede ser confirmada de manera contundente e inapelable con pruebas de ADN como hace menos de un año un ejercicio de transparencia realizado por Animal Político dejó en claro.

Carrillo Fuentes fue reportado muerto el 5 de julio de 1997 en la mesa de operaciones, a los 41 años, pero aunque oficialmente la PGR lo reportó, 17 años después, en el ejercicio periodístio turnó la solicitud a las áreas de la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y de Amparo, a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales, a la Subprocuraduría de Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) así como a la Coordinación de Asuntos Internacionales y Agregadurías de la dependencia, quienes “después de haber realizado búsqueda exhaustiva y minuciosa de la solicitud” concluyeron que “no se localizó registro alguno respecto de la información requerida”.

Caso parecido a lo que ocurrió el 7 de octubre del 2012 en Coahuila: Esa noche un comando militar reportó haber abatido a Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca”, en ese momento líder máximo del Cártel de Los Zetas. Era señalado como el más sanguinario capo del crimen organizado, responsable de masacres y las peores atrocidades en los últimos años.

“El Lazca” habría sido abatido en la comunidad coahuilense de Progreso, sus restos trasladados a una funeraria de Sabinas. De ahí su cuerpo robado con todo y carroza por sus lugartenientes. Aunque el Ejército Nacional y la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila aseguraron haber comprobado la identidad, el material fotográfico difundido y la forma en que desapareció el cadáver simplemente alimentaron más dudas y leyendas… de ésas que siempre han dado material para hacer de la narcocultura un trágico y peliculesco anecdotario.