Cuauhtémoc, potencia mundial en industria metalmecánica

**“Tenemos genios, ingenieros valiosísimos trabajando en las empresas. Al rubro metalmecánico lo coloco en cuarto lugar aquí, después de los cultivos maíz-frijol-avena, la manzana y el comercio".


Cuauhtémoc, potencia mundial en industria metalmecánica

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2016, 20:30 pm

Por : Maribel Alba /omnia.com.mx

Desde hace 30 años, con la perseverancia que caracteriza a la etnia de raíces alemanas, se ha desarrollado este ramo gracias a la necesidad de ser autosuficientes en la actividad agrícola que los caracteriza

Cd. Cuauhtémoc.- La industria metalmecánica liviana en Cuauhtémoc nació en los patios de los hogares menonitas hace 30 años, cuyas familias que se dedican a la actividad agrícola tienen mucho tiempo libre y reciben los pagos de sus cosechas de un solo tajo, por lo que se diversificaron y comenzaron a invertir.

Actualmente hay de 180 a 200 empresas de este giro en la región de Cuauhtémoc, y el 70% corresponde a esta etnia, cuyos productos están rebasando las fronteras del país y del continente. Entre sus productos están: arados, rastras, aspersoras, maquinaria especializada y seleccionadoras de manzana, aguacate, papa o nuez.

Ejemplo de ellas son las seleccionadoras de fruta que fabrican los hermanos Bergen en el campo 106, que cuentan con una gran demanda en Luciana, Georgia y Nuevo México; Bombas Klassen, que pasó de ser un taller de tejaban a un proveedor de Sudamérica; mientras que los Wiebe y los Heide, se especializaron en máquinas y remolques.

René Friessen pasó de tener una tienda de máquinas usadas a un consorcio de empresas que se dedican a aprovechar los procesos de producción locales, que son bastante eficientes, y ponerlos en otros mercados.

Los Krahn actualmente venden maquinaria muy específica para el ramo ganadero, y a nivel internacional compiten con los canadienses.

ASESORÍA. El auto denominado emprendedor, Martín Galván Castillo, de profesión Ingeniero Agrónomo y especializado en comercio internacional en el extranjero, se dedica a la exportación de alimentos no comunes desde 1998, y es también catedrático del Tec de Cuauhtémoc.

Desde hace algunos años ingresó al comercio agroindustrial, especializándose en proveer de componentes a los menonitas y a ayudarles a la exportación del producto terminado, que pueden ser piezas o maquinaria, en donde no se incluyen tractores, pues estos requieren de procesos muy avanzados que aún no hay en Cuauhtémoc.

El también expresidente de Coparmex, Canacintra y el Consejo Coordinador Empresarial de Cuauhtémoc (CCEC), explicó trabaja con 25 empresas del ramo.

Lo primero que hace es acercarse a la empresa y observar su proceso de producción para señalar lo que puede mejorar, lo que no debieran hacer y los componentes que necesitan.

“En ocasiones nos encontramos operaciones que deberían hacerse en otro lado, que la empresa no es suficiente para hacerlas, que pueden ser un corte, un dobles o una soldadura, recomendándoles que lo manden hacer”, expuso.

En cuanto a las piezas, componentes o insumos que requieran, Galván les ofrece traérselas de Italia, Japón o Sudamérica, con el objetivo de mejorar la calidad de sus productos y bajar su costo de producción, lo que hace que la ingeniería local se vuelva muy competitiva en el extranjero.

VISIÓN DE MANTENIMIENTO. Galván Castillo explicó que este fenómeno es parte de la transformación de los menonitas de lo agrícola a lo industrial, movimiento que lleva de 25 a 30 años y le ha tocado verlas crecer “muchísimo”, pues algunas que vendían en promedio 600 mil o 700 mil dólares al año, actualmente venden 5 o 6 millones de dólares en el mismo lapso.

“Algunas de estas empresas ya podemos considerarlas grandes por su volumen de ventas y otras son pequeñas. Es muy fácil encontrarse en los traspatios de las casas tornos, máquinas de soldar, algunas veces máquinas muy especializadas de dobles o de corte”, dijo.

Sin embargo, el comercio agroindustrial o la industria metalmecánica, también es parte de la actividad de la comunidad mestiza, pero se nota más en los cuauhtemenses de raíces alemanas, los que viven en los campos y cuya labor ha colaborado a etiquetar a esta ciudad como la tierra del queso, el maíz y la manzana.

“Estamos lejos de los centro de atención y de servicio de las empresas. Por ejemplo, las empresas de maquinaria agrícola tienen un distribuidor, pero es complicado que el mecánico vaya y atienda a la gente hasta Namiquipa o Guerrero. Este tipo de cosas hizo que los mismos agricultores optaran por resolver sus dificultades locales de reparar una máquina, o si se quebró o dañó algo ver cómo componerlo.

Adquirieron una visión de mantenimiento y luego se dieron cuenta que tenían tiempos libres y flujos de dinero que les deja la agricultura, es decir reciben el pago de todo el año y tienen que ver qué van a hacer con él.

Esto ha pasado en otras partes del mundo, en Cataluña, el norte de España o el norte de Italia. Por razones agrícolas ven en la producción industrial una fuente de ingresos más frecuente que el ingreso anual que les puede llegar de vender el maíz o la manzana. Este tipo de cultivos les da mucho tiempo libre: hay que esperar a que crezca, a que florezca, a que llueva…”, expresó.

TALENTO MUY VALIOSO. En particular en Cuauhtémoc, el menonita que siembra maíz por lo general hace algo más: pone una tienda, un negocio o emprende una agroindustria.

“Tenemos genios, ingenieros valiosísimos trabajando en las empresas. Al rubro metalmecánico lo coloco en cuarto lugar aquí, después de los cultivos maíz-frijol-avena, la manzana y el comercio. Por cada empleo industrial, se general dos y medio o tres más en la región”, dijo.

Al ver cómo este fenómeno se ha dado en otras partes del mundo, Martín Galván afirma que las políticas económicas regionales han sido equivocadas, porque no se ha aprovechado este desarrollo por falta de una planeación adecuada en políticas económicas y de desarrollo.

“Nuestras grandes posibilidades ante el TLC… tenemos el mercado más grande del mundo a 400 kilómetros y podemos conseguir ahí los materiales, equipos y la maquinaria. Somos el país más abierto comercialmente, en el mundo. Tenemos acceso a casi cualquier parte sin pagar impuestos, con aranceles cero o reducidos.

Esta misma apertura nos permite colocar nuestros productos casi sin aranceles en cualquier parte del mundo, con ventaja a otras industrias agrícolas del mundo: españolas, italianas, europeas del este, inclusive chinas y coreanas; porque son productos muy específicos. Nuestro principal competidor es Brasil y ahora anda de capa caída”, explicó.

Indicó que la maquinaria que se produce en Cuauhtémoc y su región puede ser llevada a casi cualquier parte del mundo, pero se necesita inversión y esfuerzo de planeación e ingeniería, y es necesario estar sensibilizado en estas áreas para tomar ventaja de ellas.