Cuarta generación de peones en la Quinta Carolina

**Desaparecida la hacienda hace ya cien años, estas familias han permanecido aquí por costumbre, aun y cuando ya no están al servicio de ningún hacendado.


Cuarta generación de peones en la Quinta Carolina

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2011, 09:17 am

Por Froilán Meza Rivera

Chihuahua, Chih.- “De aquí por las casas hasta aquel mezquite se paseaba la mujer de blanco”, relata Alejandro Loya Araujo, quien es de la tercera generación de peones de la hacienda porfiriana Quinta Carolina.

Cuenta él, de manera muy fragmentada, un viejo relato que oyó de labios de su padre don Salvador Loya. Los relatos de aparecidos, las leyendas abundan en estos lares, y añaden un toque de misterio al lugar. Aquí, entre un mezquital que la oculta en parte, se encuentra una hilera de casas que estaban destinadas a los peones de la hacienda. Es el rincón orientado al poniente del enorme rectángulo que queda de lo que era la propiedad de Luis Terrazas.

Las casas de los peones albergaron a los trabajadores de más confianza de don Luis, en esta finca que él mandó construir como un obsequio para su esposa Carolina Cuilty, y que se inauguró el 4 de noviembre de 1896. Aquí estaba la antigua Labor de Trías, que don Luis compró a las hijas del finado general Ángel Trías.

Dicen que la inauguración de la Quinta fue un acontecimiento relevante que en Chihuahua marcó el inicio de un gran proyecto que, a la manera de las ciudades europeas, permitiría a esta ciudad contar con un área campestre suburbana. En los años siguientes, muchos hombres adinerados adquirieron terrenos a lo largo de la avenida de Nombre de Dios que conducía a los coches de caballos desde la ciudad de Chihuahua hasta los terrenos de la Quinta.

Éstas de aquí son cinco casas, habitadas tres de ellas por descendientes de don Simón Loya, quien trabajaba para Terrazas en la Quinta y quien nació en la Labor de Terrazas en 1884. Salvador Loya, hijo de Simón y nacido en 1924, formó un grupo musical norteño que fue famoso en la región y que tocaba en todos los bailes importantes de Nombre de Dios y alrededores.

Existe, anexa al templo de la Quinta, otra hilera de casas de peones también, habitadas asimismo por descendientes en tercera y en cuarta generación de los trabajadores originales de la Carolina.

Hijos de los Loya de tercera generación, Nubia y Brandon juegan en el patio de las casas, a la sombra de una tradición rica y de gran arraigo. Ellos son la cuarta generación de los peones de la vieja hacienda. Y viven en un paisaje marcado por la historia.