Cuantifica La Crónica de Chihuahua el calentamiento global en la región

**Trabajando con promedios de temperatura de décadas anteriores, el resultado fue que, de 1960 al 2005, el termómetro subió 2.33 grados en Chihuahua.


Cuantifica La Crónica de Chihuahua el calentamiento global en la región

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2014, 07:15 am

Investigación Especial de Froilán Meza Rivera

Chihuahua, Chih.- ¿Calentamiento global? ¿En Chihuahua? La temperatura promedio en la capital del estado aumentó en 2.33 grados centígrados, que fueron ganados entre 1960 y 2005, de acuerdo al procesamiento que hizo La Crónica de Chihuahua de la estadística acumulada por la Comisión Nacional del Agua y su antecesora, la Secretaría de Recursos Hidráulicos, de las temperaturas diarias entre esos años.

Del estudio que realizó el reportero de los registros meteorológicos, resultó la evidencia de que, en el lapso mínimo de 45 años, el aumento fue visible en el campo de la estadística.

Durante la década de 1960 a 1969, en la estación meteorológica de la Ciudad Deportiva, el promedio de las temperaturas máximas extremas anuales resultó de 30.79 grados centígrados. Mientras que, de la operación aritmética de promediar los datos, durante la década de 1996 a 2005, en la misma estación recolectora de datos se registró una temperatura máxima extrema anual promedio de 33.12 grados centígrados.

Por lo tanto, la diferencia es de 2.33 grados centígrados, ganados en estos últimos diez años con respecto al promedio de la otra década lejana.

Procesos que suelen ocurrir en tiempos geológicos están sucediendo en el curso de una vida humana. Los polos se derriten, desaparecen los glaciares, aumenta el nivel de los mares, etcétera. Pero, aquí ¿cómo estamos viviendo esta catástrofe global? ¿Qué otros síntomas se ven, además del incremento de las temperaturas promedio en la capital del estado?

El calentamiento global está siendo observado por los meteorólogos locales, quienes se muestran preocupados por los efectos que este fenómeno tiene ya sobre la vida cotidiana de la población.

“Es preocupante el hecho de que, desde que entra cada temporada de frío, hayamos tenido en la ciudad muy pocos días con temperaturas abajo de los 10 grados centígrados durante los últimos cuatro años, a diferencia de las temporadas anteriores”, expresó el meteorólogo de la Comisión Nacional del Agua, Jesús Manuel Chacón Sandoval.

Lo que hemos observado, dijo, es que la llegada a la entidad de los frentes fríos, no ha sido como en el pasado. Estos frentes, que son movimientos de aire procedente del norte, son detectados por los expertos locales en las fotos de los satélites, pero sólo se aproximan a Chihuahua.

Chacón Sandoval puso de ejemplo el invierno 2005-2006, “Toda la temporada nos estuvieron brincando los frentes fríos, se fueron a Nuevo León”, afirmó, “y esa es la razón por la cual no hay realmente frío en la ciudad, ni en el estado”.

Incluso, añadió, en lugares como Temósachi, el municipio más frío del país, hay muy pocos días con temperaturas menores a los dos menos cero. Hoy, en Temósachi la temperatura fluctúa entre los menos 1 y los 4 centígrados bajo cero, pero en temporadas anteriores, los termómetros registraban allá menos 10, menos 15 y hasta menos 18, aseveró.

Existen signos alarmantes de que se está viviendo aquí algo inusitado.

En primer lugar, los otoños desaparecieron. Los árboles que por lo general pierden sus hojas en el período otoñal, las están conservando durante todo el invierno, y sólo las sueltan ante el empuje de los nuevos brotes, en la primavera siguiente. Este fenómeno se agudiza en algunos años, como en el otoño-invierno de 2007-2008, cuando fue especialmente notable que el otoño no se completó nunca. El hecho de que los inviernos no alcanzan la crudeza de antaño, es una consecuencia del calentamiento global, tal es la tesis de algunos ecologistas locales, como Raúl Trejo Domínguez, quien sostiene que ha habido, en las últimas décadas, no sólo otoños sin caída de hojas, sino inviernos sin frío. “Esto repercute directamente sobre la flora, ya que los árboles caducifolios, que son los que tiran las hojas en otoño, tienen un mecanismo para detectar cuándo llega la temporada fría”. A lo largo del río Sacramento, y sobre todo cerca de la confluencia de su corriente con la del río Chuvíscar, los álamos conservan las hojas en la parte superior de la copa. Son amarillas, por cierto, pero continúan ahí, aferradas a las ramas de sus árboles. Si un otoño es cálido, y si el invierno subsecuente no tiene suficientes días de frío, los árboles no reciben las señales correctas, y por lo tanto para ellos el invierno no existe.

Varios síntomas están revelando a los ojos no sólo de los investigadores, sino de la gente en general, la llegada del calentamiento global a Chihuahua, donde el fenómeno ya empezó a hacer estragos. El aumento de la temperatura ambiente, la proliferación de microclimas cálidos en las ciudades, la falta de inviernos gélidos, y el progreso de plantas de climas tropicales aquí, son señales que ya no se pueden seguir desdeñando.

El calentamiento global es un fenómeno que está afectando al mundo con un paulatino aumento de las temperaturas.

En la entidad, y particularmente en el área de la capital, el calentamiento global se ha manifestado principalmente con la ausencia de inviernos verdaderos, tales como corresponden a la ubicación geográfica del estado.

El geólogo Carlos García Gutiérrez, ya fallecido, y quien en vida fue un detallado observador de este fenómeno, puso como ejemplo del calentamiento global, el hecho de que muchos árboles caducifolios, es decir, los que pierden sus hojas en el otoño, se conserven verdes a lo largo de todo el año. Es el caso de los sicomoros y los álamos, que están entre los más abundantes en la ciudad.

Asimismo, el maestro García señaló un fenómeno análogo, que es la proliferación de plantas tropicales: árboles de aguacate, jacarandas, plátanos, limoneros, mandarinas, toronjas, naranjos, que están prosperando en el nuevo clima de Chihuahua.

De hecho, dijo, estamos viviendo años con inviernos cálidos, como se ha podido constatar por los chihuahuenses.

El cambio climático, pues, ya se instaló en Chihuahua, y al parecer se va a quedar aquí.