Contra el injusto reparto de la riqueza

Por Jesús Lara Jáuregui


Contra el injusto reparto de la riqueza

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2017, 13:38 pm

(Alumno de séptimo semestre de Economía en El Colegio de México, elegido por su universidad como el mejor estudiante del 2017.)

Artículo publicado en Reforma

Considero que el problema fundamental de México es nuestro modelo económico, que concentra excesivamente la riqueza. En 2014, dice Oxfam, el 10 por ciento más rico de la población tenía el 64.5 por ciento de la riqueza nacional. La contraparte, más de 50 millones de mexicanos, viven en situación de pobreza y la inmensa mayoría con algún tipo de carencia social. Hay tres elementos de este modelo económico cuya solución es urgente.

Baja recaudación fiscal: México es el país con la recaudación fiscal más baja de la OCDE. Además, las empresas y corporaciones sólo aportan el 10.9 por ciento de los ingresos del Gobierno. El resto se extrae de impuestos al ingreso y al consumo. Una cantidad importante de recursos se pierde por condonaciones y evasión. Como solución, se requiere una política fiscal progresiva: que pague más quien gana más; reducir o eliminar los impuestos que afectan a la población más pobre y luchar decididamente contra la evasión fiscal. El dinero recaudado, reorientarlo a obras y servicios que mejoren la vida de los sectores populares.

Altísimos niveles de desempleo y subempleo: aunque las cifras oficiales afirman que el desempleo no pasa del 3.5 por ciento, se reconoce que más de la mitad de los empleados se hallan en el sector informal. Para resolver este problema, es necesario aplicar una política industrial, como lo hizo China, y un proyecto de modernización del campo.

Bajísimos salarios: los trabajadores mexicanos son los que más horas trabajan y menos ganan de los países de la OCDE; parte importante de ellos no puede adquirir la canasta básica. Esto, además de inhumano, hace que nuestro mercado interno sea excesivamente débil. Urge un aumento sustancial de los salarios, a un nivel tal que no quede una sola necesidad elemental insatisfecha.

Sin oportunidades reales de bienestar económico, problemas tan asfixiantes como la inseguridad y la violencia no desaparecerán. Necesitamos un nuevo modelo económico para evitar que estos problemas se sigan reproduciendo en escala ampliada.