Cómo estará el Congreso, ¡que ya extrañamos a La Malocha!


A todos los analistas políticos, compañeros periodista que cubren la fuente del Congreso del Estado e incluso a los empleados del Poder Legislativo que tanto se quejaban de lo gris e improductiva que resultó la LXII Legislatura, se les pide hacer un ejercicio de sinceridad, y admitir que, a menos de un mes de haberse ido, y la estamos extrañando.

La confesión incluye, desde luego, al autor de estas líneas: a escasos 14 días de instalada la LXIII (Sexagésima tercera) Legislatura, ya añoro aquella donde el Congreso aprobaba a matacaballo iniciativas para conseguirle chamba bien pagada al líder parlamentario del grupo mayoritario. Al menos en aquellas fechas había un tenue panismo que pegaba de gritos o renegaba entre dientes. Al menos hubo gobernador que tuvo un momento de decencia y vetó esa reforma. Al menos había un Víctor Quintana que le daba lucidez a la tribuna, o una maestra Susana Muriel que, con la elegancia que le caracterizaba, llamaba al orden a propios y a impropios.

Pero lo que es esta legislatura, va camino a ser la más tenue de cuantas haya habido, al menos desde que existe competencia electoral en el estado. Va derechito a ser tan ignominiosa como aquella 55ª, cuando sólo había diputados del PRI, cuya indecencia política llegó al grado de aprobaron al gobernador Fernando Baeza una modificación para que poder reformar la constitución con mayoría simple.

Para medir el tamaño de la mediocridad en ciernes, vale mencionar un solo ejemplo: Rubén Aguilar Jiménez. El dueño del Partido del Trabajo recibió la venia del Congreso para seguir cobrando como maestro normalista, sin siquiera pasar el gis por el pizarrón. Abogado, comerciante, dueño de partido político y hasta experto en materia de transporte, el ex líder—y dueño—de colonias populares será ahora el encargado de legislar en materia ¡de salud!

Al partido que pretende matar delincuentes, el PVEM, le dieron la titularidad de la comisión de Ecología; al partido que se opone a que las personas decidan libremente con quién van a vivir, y que no movió un dedo para defender a l@s nil@s abusados por curas pederastas (el PAN), le dieron la de “Equidad, género y familia”; al partido propiedad del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, co-responsable de que México sea el penúltimo lugar en calidad educativa de toda la OCDE, se le entregó la Comisión de Educación.

Lo peor del caso es que ahora que la violencia ha recrudecido y de que proliferan los crímenes contra mujeres con cifras que hacen palidecer a las de los años 90as, se mandó al archivero la Comisión Especial para dar seguimiento a los feminicidios.

Todo esto ocurre mientras los diputados de todos los partidos permanecen sentaditos sin chistar siquiera, temerosos de que su jefe, Enrique “Luis XIV” Serrano, les fulmine con la mirada de regaño que lanza desde la “periquera”.

Hasta explicaciones le tienen qué dar antes de subir a la tribuna: “¿con qué objeto”, pregunta este Luis XIV de la Chaveña antes de permitirle al diputado o diputada tomar la palabra

Increíble: un diputado perredista no atendió a los medios de comunicación sólo de ver que Serrano le miró feo cuando se levantaba de su curul. Así se va a legislar en el estado de Chihuahua al menos los próximos tres años.