Cannes 2015: Los tacones femeninos, más relevantes que las películas en competencia

**Todo empezó cuando a un numeroso grupo de señores, se les prohibió atravesar el tapete rojo por no traer zapatos de tacones altos...


Cannes 2015: Los tacones femeninos, más relevantes que las películas en competencia

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2015, 10:34 am

Cannes, Francia. (OEM-Informex).- Pareciera raro y seguramente algo inusitado para este festival, el hecho que la noticia que acaparó los encabezados de los medios aquí en estas ultimas cuarenta y cuatro horas, no tuvo que ver con las películas, las de la competición por lo menos, donde falta "el gran filme" que llevará la adhesión de todo el mundo, pero de esto hablaremos más adelante en esta nota.

No, pues la noticia fue la animada controversia que enfrentó a los medios de comunicación y las estrellas con los servicios de seguridad del festival... Y lo que originó todo esto fue el famoso tapete rojo que atraviesan en un ambiente ceremonial, con bombos y platillos, pues las delegaciones y los equipos de las películas en competición lo usan para acceder al palacio del festival, la famosa sala Lumiere.

Todo empezó cuando a un numeroso grupo de señores, se les prohibió atravesar el tapete rojo por no traer zapatos de tacones altos... Lo ánimos se encendieron, se habló de sexismo y de discriminación, que contrasta con el hecho de que precisamente este año hay más películas dirigidas por mujeres en el certamen, además de que el festival mismo organizó una mesa redonda sobre la posición de la mujeres en el cine -Mujeres en Movimiento-, desde donde reportamos las declaraciones tajantes de Salma Hayek al respecto.

El asunto de los "zapatos" cobró más relevancia cuando la estrella de Sicario, Emily Blunt, sugirió durante la conferencia de prensa que todas las mujeres, amén las estrellas, deberían presentarse en el tapete rojo llevando zapatos y sandalias de suela plana, a lo que el director de Sicario, Villeuneve, agregó en plan de broma que otro tanto lo deberían hacer los hombres...

El servicio de prensa y la dirección del festival se encontraron sin palabras, hasta que sus primeras reacciones fueron contradictorias, y apenas ayer la dirección dejó claro en un comunicado que la rigurosa etiqueta del festival para las ceremonias oficiales -smoking y nudo papillón para lo hombres, vestido de gala para las mujeres- no incluía alguna precisión especial para los zapatos de las señoras.

Nada qué agregar

Fin del asunto hasta apenas el día de ayer, victoria de las zapatillas contra los tacones y regresamos a la competición, donde me temo que no hay que agregar algo positivo...

Los últimos dos filmes en competencia del día de ayer, no fueron la excepción de lo que parece perfilarse ya como tendencia en la competición de este año: filmes de cineastas de renombre que no cumplen con las expectativas suscitadas al anunciarse el programa del festival.

El italiano Paolo Sorrentino -premiado tanto aquí como con un Óscar para La Grande Belleza en 2013- regresa con Juventud.

Se trata de un filme de temática similar a la Grande Belleza: en aquella cinta, la mirada era de frustración, desánimo y cinismo, por parte de un escritor italiano quien participa de la vida nocturna y mundana romana, a la vez que la critica, mientras se aprovecha de ella para seguir en ella.

La trama

En Juventud, dos amigos retirados, un famoso director de orquestra inglés (Michael Caine) y un conocido cineasta (Harvey Keitel), se reúnen para pasar unas vacaciones en un hotel de lujo en los Alpes suizos. Ambos tratan de enfrentar lo mejor que pueden sus penas, físicas y morales, que se acumulan con la vejez, a la vez de que entre chistes y chismes, se libran con consideraciones filosóficas sobre la vida y sus recuerdos de juventud, mientras que al rededor suyo la juventud de los cuerpos y de las actitudes de mujeres y jóvenes, clientes del hotel, sirven como un espejo de una realidad que para ellos ya es un pasado...

El problema con la película, o más precisamente con la realización de Sorrentino, es la falta de una narrativa coherente; construido con base en lo que parecen una serie de "episodios", unos más logrados que otros, el filme cae muy rápido a la plenitud, deja de interesar y, sobre todo, no crea unos caracteres con los que espectador logra simpatizar... el conjunto parece más una heterogénea amalgama de cuadros, mientras que la impresión final es de una película que se sitúa por debajo de La Grande Belleza... filme que, debo admitir, tampoco me había entusiasmado.

Igual de repetitivo y sin empuje, respecto a los filmes anteriores de su realizador Jia Zhang-Ke, sobre todo El Toque de Pecado (2013), resultó la producción china Las Montañas Pueden Moverse, un largo y algo tedioso drama psicológico con características de melodrama...

Temáticamente, el filme contiene elementos interesantes respecto a la realidad social china, desde los finales del siglo pasado, hasta el día de hoy (la eclosión de un clase media que se enriqueció de manera rápida y descomunal, la brecha entre esta clase y aquella baja, la abertura de los pudientes hacia el extranjero en búsqueda de nuevas experiencias y modos de vida occidentales...). Desgraciadamente, estos elementos pierden relevancia y fuerza, ahogados dentro de una narración lenta y repetitiva.

Muy distantes

Por otro lado, tampoco faltaron el día de ayer y sobre todo en las secciones paralelas, estrenos de películas que distan de ser mucho más interesantes que aquellas en competición.

Fueron estos los casos de Canciones que mis Hermanos me Aprendieron, donde la joven chino/americana Chloe Zhao cuenta, en esta su primera película, con mucha sensibilidad la vida de unos jóvenes en una reserva de indios americanos y su búsqueda de trabajo, que a lo mejor les obligará a dejar sus tierras y costumbres ancestrales y emigrar a Los Ángeles.

Fue presentada en la Quincena de Realizadores, como fue también el caso de otra primera obra igualmente de una mujer realizadora, Mustang, donde la joven turca Deniz Gamze Erguven combina eficazmente el tono ligero, el humor y lo trágico del asunto, en una historia que fue desarrollada en una parte de la provincia turca; presenta las tradicionales aún existentes y las duras condiciones y costumbres de las que son víctimas las mujeres.

La "tripleta" feminista de la Quincena se acomplejó con dos películas marroquíes: Fátima, donde el francés de origen marroquí, Philippe Faucon, narra la vida de una madre de familia marroquí emigrada a París, quien trata, separada de su marido, de solventar a las necesidades de sus dos hijas; mientras que Nabil Ayouch centra su historia en el ambiente de la explotación de las mujeres y de la prostitución en Marrakech.

Finalmente, en la Semana de la Crítica, Krisha, primera obra del estadunidense Trey Edward Shults, resultó ser el poderoso y desquiciador retrato de una señora de edad media, Krisha, quien trata en vano de reconectarse con su ambiente familiar con el pretexto de unas vacaciones.

Excelente la Krisha Fairchild en el homónimo patético y desgarrador personaje principal.