Caballo de Troya derrumba al PRD-DF

**REPORTAJE ESPECIAL/ Periodismo de fondo en La Crónica de Chihuahua


Caballo de Troya derrumba al PRD-DF

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2014, 13:59 pm

/facebook @twitterMartín Morales Silva

Perredistas capitalinos, críticos de las alianzas de su partido con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el presidente Enrique Peña Nieto, coincidieron en resaltar tres factores por los que el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que gobierna en la capital de la República desde 1997, podría perder posiciones electorales en los comicios de 2015 y la jefatura de Gobierno en 2018.

El primer factor es que el actual jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, quien no es militante del PRD, no ha atendido los principios básicos del partido que lo llevó al poder y es, asimismo, un hombre que aplica desde el Gobierno del Distrito Federal (GDF) políticas muy próximas al “capitalismo empobrecedor, dominante y explotador” del que los perredistas genuinos dicen ser profundamente críticos.

“Esa coordinación de políticas neoliberales que trae Mancera con la Presidencia nos va a costar como partido (en las elecciones del 2015)”, expuso Martín Ponce López, dirigente de la Unión de Colonias Populares (UCP), agrupación capitalina de la corriente Unidad Nacional de las Izquierdas UNI del PRD, con representación en el Distrito Federal.

El segundo factor es el deterioro de la imagen nacional del PRD, que ha derivado lo mismo de su participación estelar en el Pacto por México y las reformas “estructurales” que del entreguismo de “Los Chuchos” (grupo dominante en dicho partido) hacia el Gobierno federal priista.

Un tercer factor de la posible debacle del sol azteca es la inminente participación electoral, a partir de las elecciones de 2015, del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), encabezado por el exjefe del GDF y dos veces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, que podría dividir aún más a los perredistas de la capital de la República, por su reconocido liderazgo político en algunas áreas citadas, marcadamente en la delegación Iztapalapa.

El PRD local está constituido por 10 corrientes, facciones o “tribus”, cuyos integrantes pasan frecuentemente de uno a otro grupo, o forman alguno nuevo, regularmente con obediencia o en seguimiento a los intereses políticos de funcionarios y exfuncionarios públicos de la capital; de dirigentes o exdirigentes partidistas; de legisladores y exlegisladores federales y locales o de líderes sociales capitalinos.

Toda esta estructura militante está activada aún en las 16 delegaciones, pero desde el arribo de Mancera al GDF, el PRD vive en continuo proceso de deterioro, tanto por el acercamiento de éste y de la dirección nacional perredista al priismo, como por su alejamiento político e ideológico de los principios básicos del perredismo.

Contradicciones

A decir de los dirigentes perredistas entrevistados, tanto la firma del Pacto por México y las alianzas electorales entre el PRD y el Partido Acción Nacional (PAN), como el estilo de Gobierno de Mancera, chocan de frente con los conceptos centrales de sus documentos básicos. Tal es el caso de la Declaración de Principios, cuyo apartado Nuestra Identidad, dice: “El Partido de la Revolución Democrática es una organización de izquierda, democrática y progresista que desarrolla una crítica al capitalismo que es un sistema de explotación, dominación y opresión, en la perspectiva de lograr una nueva sociedad igualitaria y libertaria, sobre bases de respeto recíproco de la diversidad, funcionamiento democrático y unidad de acción”.

Sin embargo, de acuerdo con algunos críticos, los mismos documentos básicos del PRD contienen una serie de contradicciones de las que la corriente dominante de Los Chuchos –Jesús Ortega y Jesús Zambrano, dirigentes de Nueva Izquierda– se han valido para establecer alianzas con el priismo y el panismo pese al posicionamiento crítico de su partido frente al capitalismo.

Con respecto a la política de alianzas, los textos indican que podrán ser con cualquier agrupación siempre y cuando se busque algún beneficio social o político; es decir, siempre que haya asuntos específicos, aun cuando los partidos en cuestión – como ha sido el caso reiterado de PAN en varios estados de la República– sean abiertamente procapitalistas o neoliberales.

En cuanto a alianzas específicamente electorales, los documentos básicos advierten que jamás serán con el PRI, lo que no excluye la posibilidad de que éstas se hagan con este partido en el Congreso para aprobar leyes que van en contra de los principios “antineoliberales” que sustenta el PRD.

Tal fue el caso de la aprobación de las 10 reformas estructurales que el PRI y el presidente Peña Nieto promovieron y lograron aprobar en el Congreso, frente a las cuales sólo en el caso de la energética el PRD se opuso abiertamente.

Ante las críticas internas por la cercanía perredista con Peña Nieto en el XIV Congreso Nacional, celebrado los días 21, 22, 23 y 24 de noviembre de 2013, una vez que ya habían sido aprobadas la decena de reformas, sobre todo en su parte medular que implicaron cambios constitucionales, Los Chuchos estuvieron de acuerdo en el siguiente punto del documento básico denominado Línea Política: “1.- El PRD es un partido de oposición al Gobierno priista de Enrique Peña Nieto. Con tal Gobierno y su partido tenemos claras diferencias ideológicas y programáticas y en la contienda política somos contrincantes. Por nuestra condición de partido de izquierda, tenemos claras diferencias con el Partido Acción Nacional y frente a éste tenemos la obligación, igualmente, de marcar nuestras diferencias ideológicas, programáticas y políticas”.

Consecuencias

“Todo gobernante se debe a un programa de Gobierno respaldado y sustentado en su plataforma política que es compromiso cuando se registra ante la autoridad electoral. Cuando un gobernante (como Mancera) se aleja de esa plataforma política, está en riesgo la pérdida de la credibilidad de la ciudadanía, la cual lo eligió y a la cual se debe; al perder esa credibilidad da oportunidad para que otras políticas puedan incursionar (el PRI por ejemplo)”, expresó la diputada federal del PRD, Socorro Ceseñas, opositora a las reformas estructurales y a la direcciónchuchista.

“Nosotros no nos podemos quedar callados porque los errores tenemos que convertirlos en fortalezas. ¿Para qué? ¿Para que sea bien del PRD? No, por el bien de la ciudadanía, para eso es el balance; cambiar lo que en su momento consideramos como un error, y volverlo una fortaleza en bien de la ciudadanía del Distrito Federal”, dijo.

Reforma interna

“La división en el partido se originó por la firma del Pacto por México. Ahí se agudizaron las posiciones antagónicas que se tienen al interior del partido. ¡Cómo van a echarle la culpa a un instituto político o a equis persona! Lo digo en todas partes, y se lo digo de frente a Jesús Zambrano; ahí se agudizaron las dos posiciones que se tienen en el partido. Unos queremos garantizar su programa de izquierda y otros dicen que tenemos que firmar pactos, colaborar y debemos conformarnos con lo que ofrezcan”.

Para Socorro Ceceñas esta confusión partidista tiene “emproblemados” a muchos perredistas, que sufren crisis de confianza y de credibilidad ante los ciudadanos. Por ello es necesario –apuntó– que Los Chuchos “nos vean y nos digan si ya somos igual que el PRI y el PAN… Pero no es así, el PRD es el PRD, tiene su línea política, su programa de Gobierno y tiene decisión y contundencia para poder participar, y sobre todo, tenemos nuestra declaración de principios”.

Ni con efectismo

A Miguel Ángel Mancera, mientras tanto, no le ha funcionado la promoción de su proyecto de consulta ciudadana, pues dicha promoción no ha frenado su caída en picada en las encuestas de opinión y ahora no sólo el PAN sino también el Gobierno federal, le han robado tal iniciativa. Pero el tema no parece preocuparle demasiado, pues recientemente afirmó que siempre habrá oposición a las “políticas necesarias”.

En efecto, la aprobación ciudadana de la gestión del jefe de Gobierno cayó del 58 por ciento en diciembre de 2013 al 39 por ciento el 30 de mayo de 2014. Es decir, el 61 por ciento de los capitalinos rechaza su estilo de Gobierno, según consulta realizada por un diario nacional.

Son varios los desatinos

¿Cuál será el efecto electoral de la gestión de Mancera? –se preguntó a Martín López, de la UCP.

“El GDF ha tenido muchos desatinos; está olvidando muchos sectores importantes en el DF que tienen un peso específico, como es el asunto de los estudiantes, de los obreros y los taxistas, que son políticas que le están pegando a la ciudad. Deberían reforzarse las políticas sociales. Dentro del PRD somos una corriente crítica y decimos que no se están haciendo bien las cosas en el GDF; el nuevo Hoy No Circula; el incremento en el pasaje del metro; el comercio en la vía pública, son casos que vienen derivando en una problemática”, agregó Martín López, de la UCP.

Intolerancia

La promoción político-electoral de Mancera, con base en la consulta sobre el minisalario y algunos eventos multipublicitados de beneficio social, se dio dentro de la caída en espiral de su mandato, hacia el que ha sido patente el desinterés popular. Este hecho se debe a la marcada indiferencia del jefe de Gobierno hacia las necesidades de sectores sociales fundamentales como el estudiantil, ante cuyas organizaciones su administración se ha mostrado incluso intolerante.

Luis Antonio Rodríguez Rodríguez, dirigente de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), dijo: “En los hechos, el Gobierno de la Ciudad de México no está interesado en la educación, que debería ser uno de los pilares de la izquierda; a nosotros nos parece que es un Gobierno intolerante, porque además que no ha dado respuesta a nuestras peticiones, en muchas ocasiones ha tratado de amedrentarnos y nos ha tratado de reprimir; nos hemos atrevido a exigir el cumplimiento de los compromisos que se habían asumido con antelación y por eso nos reprime. Desde mi punto de vista, como estudiante organizado, como alguien que ha estado solicitando apoyo de la autoridad, este Gobierno no es de izquierda, gobierna exactamente igual que los gobernantes de otros partidos, a los que el PRD ha criticado en su momento”.

¿Mancera actúa entonces como un gobernante priista?

“A nosotros los que nos parece es que no se ven las diferencias; la relación entre el Gobierno de la ciudad y el federal es muy estrecha; a veces se confunde, y lo que nosotros vemos es que no se es congruente en la práctica; el GDF les da toda la atención a los empresarios, a los comerciantes del Centro Histórico; y a los grupos marginados, sobre todo aquellos que no son militantes del PRD, no se nos brinda atención, se nos menosprecia e, incluso, se nos intenta reprimir, todo lo contrario a lo que debería representar la izquierda en la capital del país”, apuntó Rodriguez.

Los jóvenes agrupados en la FNERRR han solicitado, infructuosamente hasta ahora, que el Gobierno de la capital destine un inmueble para una casa que albergaría a 200 estudiantes que acuden a instituciones como la Universidad Nacional Autonóma de México (UNAM), Autónoma Metropolitana (UAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y que que no tienen recursos suficientes para costear su estancia en la ciudad; también reclaman el registro oficial y la construcción de una secundaria que actualmente funciona en aulas construidas con materiales de desecho en la colonia 6 de Junio de la delegación Gustavo A. Madero y que está ubicada en una zona de alta marginación en la capital; finalmente solicitan la regularización del predio ocupado por la preparatoria Lázaro Cárdenas en el Centro Histórico.

Poder desde los sótanos

El operador político de Mancera es su secretario de Gobierno, Héctor Serrano, quien además de organizar las acciones de proselitismo prelectoral en pro de la candidatura presidencial de Marcelo Ebrard, fundó la corriente perredista Vanguardia Progresista, junto con Jesús Valencia, hoy jefe delegacional en Iztapalapa, cuando era secretario general del PRD-DF; ambos trabajaban y operaban en favor del ex jefe de Gobierno, pero desde el 5 de diciembre de 2012, cuanto entró la nueva administración capitalina, Serrano trabaja para Mancera, pero entre los perredistas capitalinos se rumora que este funcionario perredista está trabajando “por su cuenta” aprovechándose de que Mancera “no es perredista”.

Serrano ha conseguido el control de la estructura del PRD-DF a través del dirigente Raúl Flores y, como dijeron perredistas consultados, metió consejeros en las principales planillas que participaron en la reciente contienda interna del 7 se septiembre para seleccionar a los 150 miembros del Consejo Político local, que decidirán –repartirán– las candidaturas para los comicios capitalinos de 2015.

En el proceso selectivo del dirigente capitalino, el 4 de mayo de 2013, durante el VIII Consejo Estatal, y por conducto de su corriente, Serrano pactó la designación de Raúl Flores García, quien obtuvo el voto unánime; para conseguir esto se repartieron, entre otros beneficios, puestos en el Comité Directivo regional del PRD-DF entre las principales corrientes: cuatro secretarias para la dominante NI; tres para IDN, de Bejarano: tres para el Movimiento Progresista, de Ebrard, una para ADN, de Héctor Bautista y otra para Foro Nuevo Sol, de los también llamados “amalios” (Amalia García). Al respecto, el ex dirigente perredista del PRD-DF, Manuel Oropeza, consideró a Raúl Flores como un personaje al servicio del equipo de Mancera y estimó conveniente que el perredismo capitalino siga muy de cerca las políticas de la administración local y las operaciones realizadas en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

En abono a lo dicho por Oropeza, puede observarse que el equipo al servicio de Mancera, encabezado por Serrano, cuenta con Manuel Granados Covarrubias, presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF, y coordinador de la mayoritaria diputación local del PRD, para impulsar acciones y reformas y/o bloquear otras. Uno de esos proyectos, que quedó pasmado por el inminente proceso electoral de 2015, es un paquete de reformas conocidas como normas 30 y 31, con base en las cuales los poderosos corporativos desarrolladores de vivienda comercial usarían como pretexto la edificación de viviendas de interés social, para levantar edificios y todo tipo de construcciones en zonas hasta ahora restringidas; esto es, para habilitar desarrollos inmobiliarios prácticamente en cualquier parte de la ciudad.

En tanto, en la reciente elección de los 150 miembros del Consejo Político local del PRD, quienes serán los encargados de elegir a los candidatos para las elecciones de 2015, por medio de su “tribu”, Héctor Serrano, con parecidos mecanismos usados para la dirección del PRD-DF, hizo alianzas con otras corrientes o facciones partidistas capitalinas para influir en el reparto de candidaturas a las 16 jefaturas delegacionales, y 66 diputados locales, 40 de mayoría relativa y 26 de representación proporcional.

Tras la elección interna del 7 de septiembre pasado, cuyos resultados finales se darán a conocer después del 19 de septiembre, la distribución de las corrientes quedó aproximadamente de la siguiente manera: En primer sitio quedó la corriente dominante NI, es decir Los Chuchos, con el 36 por ciento de la votación; en segundo lugar, con el 20 por ciento, Alternativa Democrática Nacional (ADN), del ex alcalde de Nezahualcóyotl, exsenador, exdiputado federal y hoy coordinador de los diputados del PRD en el Estado de México, Héctor Bautista, quien hoy integra la planilla a la dirección nacional, con el candidato chuchista, Carlos Navarrete, también exsenador.

La corriente Izquierda Democrática Nacional, de René Bejarano Martínez, en tercer lugar con el 15 por ciento; Foro Nuevo Sol, coordinada por Vladimir Aguilar García –de la exgobernadora zacatecana y exdirigente nacional Amalia García Medina– obtuvo el siete por ciento; Unidad Nacional de las Izquierdas, de Gilberto Ensástiga, también el 7 por ciento; Patria Digna, del exsenador Carlos Sotelo, el 5 por ciento.

A su vez, la Coalición de Izquierda, del coordinador de los senadores perredistas, Miguel Barbosa, el ex gobernador de Michoacán, Leonel Godoy y del actual diputado federal, Alejandro Encinas, el 4 por ciento; el Movimiento de Equidad Social de Izquierda, encabezada por el titular de la Procuraduría Social mancerista, Alfredo Hernández Raigosa y la diputada local iztapalapense, Dione Anguiano, el tres por ciento; el Movimiento Progresista, de Marcelo Ebrard, quien revivió ese membrete en julio de 2013, con el dos por ciento y Vanguardia Progresista, del secretario de Gobierno, Héctor Serrano, el uno por ciento.