"Asignan" presuntos perredistas casas ajenas a incautos en Aquiles Serdán

**Se trata de una invasión masiva que se realiza a plena luz del día, de casas no habitadas en los fraccionamientos Laderas de San Guillermo y Vistas de San Guillermo.


La Crónica de Chihuahua
Julio de 2014, 08:06 am

Aquiles Serdán, Chihuahua.- A plena luz del día y con el conocimiento total de las autoridades municipales y del estado, dos presuntos perredistas "asignan" casas ajenas a personas que se ostentan como "sin casa" y las invaden, en los fraccionamientos del municipio de Aquiles Serdán.

Se trata de una invasión masiva que se realiza a plena luz del día, de casas no habitadas en Laderas de San Guillermo y Vistas de San Guillermo.

Los tres niveles de gobierno conocen del asunto, ya que el lunes antepasado, el 14 de julio, llegaron incluso dos camiones de la Secretaría de la Defensa Nacional con alrededor de 15 soldados a bordo, y desalojaron a los invasores en la calle Obsidiana de Vistas de San Guillermo. En esa misma acción de desalojo, también estuvieron patrullas de la Policía Municipal de Aquiles Serdán. De Obsidiana y de la calle Actinolita, sacaron a unas 30 personas de casas ajenas.

Pero la invasión inició desde meses atrás en Laderas de San Guillermo, pero en calidad de "operación hormiga", es decir, llevando de una persona por vez para "asignarle" determinada casa "abandonada" y "darle posesión".

Ahora, esta operación se hace de manera masiva, y en seguida del desalojo que realizó el Ejército, los "desalojados" se pasaron a tomar posesión de nuevas propiedades, en la siguiente calle, y ahora, varias decenas de personas se ostentan como nuevos dueños de las casas "abandonadas".

¿Cómo operan los "asignadores" de casitas en Aquiles Serdán? Se trata de un matrimonio que tiene domicilio en la primera etapa de Vistas de San Guillermo. Ellos corrieron la voz de que había casas "disponibles" para "ser asignadas", y una vez que entraron en contacto con gente que carece de vivienda propia, la reunieron, le cobraron una cuota "módica" que puede variar, según la necesidad y la disponibilidad de efectivo. En seguida, se les juntó en un punto a determinada hora, y a plena luz del día, sin esconder la intención ni la acción, las familias fueron llevadas y se les dijo: "Ésta es la suya, tome posesión".

La operación "despojo" se repite una y otra vez, todos los días.

"¿Y no me pasará nada? ¿Y si llega el dueño", preguntan los incautos, todavía con el escrúpulo de estar invadiendo bienes ajenos.

"No, usted no se preocupe, que para eso tenemos abogados que se encargarán de que usted tenga su casa legalmente en el menor tiempo posible".

(Estos diálogos son textuales, narrados por testigos cercanos)

En Vistas, el perredista se pasea por las calles y se acerca a las personas: "Oiga, y ¿por qué no agarra usted la casa de enseguida de la suya?"

 Pero ¿cómo lo voy a hacer, si apenas puedo pagar la mensualidad de la mía, y usted quiere que tenga otra? Pues ni que fuera usted el dueño, para andar entregando lo que no es suyo...

"¡Pues yo puedo sacar y meter a quien me dé la gana!", responde con furia, con energía, con la seguridad de quien se siente inmune, impune, protegido, el individuo, el autodenominado perredista.

Y los humildes colonos, los que viven al día, los que trabajan y apenas les alcanza el salario para comer y, acaso, para guardar el dinero para pagar la mensualidad de su casita del Infonavit, se preguntan que a qué se atendrá el perredista ese, de quién está agarrado, tan seguro que se ve, tan prepotente, tan dueño de las colonias al grado de creerse intocable amo y señor de gentes, vidas y haciendas.