Ahora no le queremos creer al CONEVAL que somos más pobres

**Hace dos años hasta le aplaudíamos. Pero el Gobierno del Estado y la Presidencia Municipal de Chihuahua negaron que haya aumentado la pobreza, tal como lo muestra el informe del Coneval relativo al año 2014.


Ahora no le queremos creer al CONEVAL que somos más pobres

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2015, 10:00 am

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

El Gobierno del Estado y la Presidencia Municipal de Chihuahua negaron que haya aumentado la pobreza, tal como lo muestra el informe del Coneval relativo al año 2014. Sin embargo, hace dos años, cuando el informe del mismo organismo informaba que había disminuido la pobreza en Chihuahua, las autoridades locales avalaron el informe y hasta lo elogiaron.

Fue en una ceremonia efectuada en el Salón 25 de Marzo del Palacio de Gobierno el 31 de julio del 2013, cuando el gobernador César Duarte Jáquez se congratuló de que el informe 2012 del Consejo Nacional de Evaluación para la Política Social (Coneval) indicaba que Chihuahua había experimentado la mayor reducción de pobreza extrema, al pasar de 323 mil a 136 mil personas en esa condición. “Son 187 mil chihuahuenses que dejaron de ser pobres en extremo”, dijo entonces.

En ese 2013, el informe Coneval merecía toda credibilidad y debía ser tomado como referente para cualquier medir el éxito de cualquier administración. “No lo decimos nosotros, lo dice el Coneval: redujimos la pobreza” solía ser una frase recurrente en aquel entonces.

Dos años después, cuando el informe Coneval indica que Chihuahua fue el estado donde se registró el mayor crecimiento de la pobreza extrema, con un 46 por ciento respecto a la que había en aquel 2012, tanto el gobernador como el alcalde de la capital, Javier Garfio Pacheco, le restaron veracidad a la cifra.

El gobernador cuestionó que el Coneval haya medido un aumento en la pobreza extrema de Chihuahua en una época como el 2013-2014, cuando hubo lluvias, creación de empleo y pujanza en actividades como la ganadería y la minería.

También refutó el dato medido por Coneval, el cual indica que creció el rezago en educación y salud durante el período 2012-2014.

Es decir, que las cifras oficiales nos gustan cuando salimos bien, pero cuando nos ponen en primeros lugares deshonrosos, o no son ciertas, o no tienen importancia, o las hizo alguien que “desconoce la realidad de Chihuahua”, como suelen decir los políticos locales.

Así ha pasado con informes del INEGI o del IMCO: si todo salimos bien peinados en la foto, hasta presumimos las cifras. Si salimos malacarientos, fue porque el fotógrafo es muy malo.

Las cifras están ahí y las generó un organismo que usó exactamente la misma metodología que cuando dijo que la pobreza extrema había pasado de 228.5 mil personas en el 2008 a 133.0en el 2012. No se vale decir que se equivocó ahora que nos pone en la cara que volvimos a crecer en número de pobres extremos.

Los mismos datos argumentativos que da el gobernador deberían darnos la pauta para un análisis de por qué la gente empobrece a pesar de que trabaja: Hubo mejores lluvias; subió el empleo y aumentaron los precios de algunos productos agrícolas propios del estado ¿qué pasó entonces?

Tal vez sea que el problema de Chihuahua es el mismo del país: se genera riqueza pero se queda en muy pocas manos. Se abrieron puestos de trabajo, pero con un sueldo muy pobre, por debajo del promedio nacional, según cifras del IMSS; hubo buenas lluvias, pero no mejoraron las condiciones de la zona temporalera, la más pobre del estado. Subieron los precios de la nuez y la carne, pero los campesinos pobres no se dedican a esas actividades.

Ahí están las cifras y hay unas más que llaman al análisis, como el hecho de que aumentó el rezago en cobertura educativa. Algo no se está haciendo el todo bien y merece una revisión.