¡Aguas!

**Como se observa, la escasez de agua en San Luis Potosí no es la falta del líquido, sino la abundancia de ambición y acumulación de capitales mal habidos en unas cuantas manos.


¡Aguas!

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2018, 08:45 am

Por Miguel Ángel Álvarez

“Ya funcionando la Presa del Realito, tendremos agua los potosinos hasta por 30 años”. Me comentaba optimista un amigo, ex funcionario del Organismo Intermunicipal Metropolitano de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (INTERAPAS) hace algunos años, cuando se iniciaba la construcción de este embalse de agua en terrenos del vecino estado de Guanajuato, y cercano con los límites de nuestro territorio, allá por el municipio de Tierra Nueva. Un Dique, con una capacidad de 50 mil millones de metros cúbicos de agua y que beneficiaría a más de 1 millón y medio de habitantes del estado de Guanajuato y San Luis Potosí. Una presa que fue inaugurada por tres presidentes, Vicente Fox (en dos ocasiones), Felipe Calderón y finalmente Enrique Peña Nieto, que entregó su conducción del agua a la zona metropolitana, cuyo costo total de la obra, fue de más de 2700 millones de pesos. Una magna obra hidráulica de la que se esperaba resolvería el problema de desabasto de agua en San Luis Potosí, que año con año se vuelve más complejo, debido a la falta de fuentes acuíferas cercanas.

El organismo de agua metropolitano sabe, desde hace años, que seguir extrayendo agua del subsuelo en esta región es prácticamente inútil, debido a la falta de su recarga natural provenientes de la contención de agua y filtración de las sierras de San Miguelito y de la Sierra de Álvarez. Ahora, para extraer agua subterránea hay que escarbar a mayor profundidad, pasando de los 200 a los 1000 metros de profundidad y con altas concentraciones de flúor, rebasando las normas sanitarias que son de 1.5mg/l hasta los 4.0 mg/l, provocando daños en la salud de los potosinos por la contaminación del líquido que genera enfermedad llamada fluorosis, que afecta a los seres humanos en sus primeras etapas de desarrollo, causando las manchas en los dientes y afectando todo el sistema óseo.

El futuro nos alcanzó.

La extinción de fuentes superficiales de agua en San Luis Potosí, como fueron hace algunas décadas, los canales que conducían agua de los manantiales de la Cañada del Lobo hasta el centro de la ciudad, las pequeñas norias en los domicilios, la utilización de las afluentes del río Españita, Santiago o el río Paisanos; el arroyo de agua, llamado La Corriente de lo que hoy es la avenida Reforma, la presa de San José, etcétera; el abatimiento del líquido de los pozos profundos y el limitado abastecimiento de agua de la presa del Realito; implica buscar nuevas fuentes alternativas de agua, además, ahora sí, de conservar y proteger las recargas naturales del agua del subsuelo. El crecimiento urbano en el área metropolitana, sobre todo al poniente de la ciudad con la construcción de grandes zonas residenciales, ha formado una gran plancha de asfalto y concreto que opera como un impermeable y evita la filtración del agua de lluvia, que sirve para recargar los mantos acuíferos; de tal manera que, cuando llueve, el agua que baja de la sierra de San Miguelito llega con gran fuerza a la ciudad y en cuestión de minutos inunda toda la zona urbana y colapsa las principales vías de comunicación, para dirigirse a las partes bajas de la zona metropolitana e inundando peligrosamente las comunidades de la Tinaja y la Purísima de Soledad de Graciano Sánchez, que cada vez que se presentan las lluvias se inundan sus viviendas y prácticamente desde hace algunos años, su producción agrícola se reduce a cero por la gran cantidad de agua que llega sin control a sus campos de cultivo. “Es increíble cómo llega el agua hasta nuestra comunidad, que a pesar de que esté seco por acá y no llueva, pero si llueve en la San Luis, acá nos inundamos y nos afecta nuestros cultivos, por eso ya mejor ni sembramos, y luego toda se estanca creando un foco de infección y zancudero que en época de calor no aguantamos”, nos dice con tristeza don Benito Rodríguez Miranda, viejo agricultor de la Tinaja.

Las prevenciones del pasado para garantizar el abasto de agua han quedado rebasadas, atrás ha quedado el viejo proyecto de construir la presa de las Escobas que captaría los excedentes de la Presa de San José, que se desperdician al desfogar la presa cuando está en sus niveles altos y se descargan sobre el cauce del río Santiago y llegan a la Tinaja y Purísima, solo a causar estragos entre sus habitantes. El agua de la presa del Realito y el funcionamiento de la planta tratadora Tanque Tenorio de aguas residuales prácticamente solo quedaron de adorno.

El contrasentido de la conducción al problema del agua.

Tenemos agua, pero estamos sin agua. Primero. Tenemos un gran volumen del agua de la presa de San José pero que no es potable porque todas las aguas negras de los poblados de Escalerillas, Pozuelos, Casa Blanca, La Maroma y Mesa de los Conejos, se descargan directamente a las afluentes de los ríos que nutren la Presa de San José. Se construyó en el año 2006, una gran planta tratadora en Escalerillas para reciclar las aguas negras, pero por turbios manejos financieros sobre la instalación de esta planta, nunca funcionó y al paso del tiempo se desmanteló y hasta las grandes bombas de agua que existían en ese lugar se las robaron. Segundo. Existen los excedentes de agua de la presa de San José, que pudieran contenerse en el dique de una nueva presa, la de Las Escobas, pero por cuestiones burocráticas no se ha podido echar andar su construcción, en tanto, el agua se desperdicia e inunda la zona metropolitana. Tercero. Están los grandes volúmenes de agua que bajan de la sierra de San Miguelito y que se conducen por los grandes colectores pluviales, sólo para desperdiciarse e inundar a la población de la Tinaja y la Purísima. Cuarto.- Según datos de la Comisión Nacional del Agua en un informe del 2015 sobre aguas subterráneas en San Luis Potosí, existe la Cuenca de Jaral de Berrios-Villa de Reyes, que tiene una disponibilidad de agua de 17.012078 hm3 (Millones de metros cúbicos anuales). No obstante el acuífero presenta un ritmo de abatimiento de 2 metros por año, ocasionado por una extracción de 213.4 hm3/año, mayor que la recarga de 132.1. Aun así, se sigue proporcionando criminales volúmenes de agua para uso industrial a la Termoeléctrica y a la fábrica Pronapade ubicadas en Villa de Reyes, que anualmente consumen cerca de 20 millones de metros cúbicos de agua, a pesar de que hace algunos años, estas empresas y otras de la zona industrial (que disponen de 30 pozos de agua) estuvieron de acuerdo en dejar de tomar agua del subsuelo y utilizar la que les mandaría la planta tratadora llamada Tanque Tenorio, pero como a los directivos de estas empresas les interesa más el dinero, que calmar la sed de los potosinos, para nada utilizan el agua de esa planta tratadora “por lo caro”, que por cierto tuvo una inversión cercana a los 700 millones de pesos y ahora es un ofensivo “Elefante Blanco”, que además los potosinos debemos pagar su millonario mantenimiento.

Estos son los absurdos de ahogarnos en el agua, pero sin poder tomarla. Una imagen de esta inhumana contradicción, son las penurias que viven los habitantes de Escalerillas por la carencia de agua en su hábitat, de este poblado que tiene más de 100 años de fundación y aún no pueden tener acceso al servicio del agua entubada, pero paradójicamente está rodeada de 3 grandes cuerpos de agua, La presa del Potosino, La de San José y la del Peaje. Hasta ahora solo el auxilio de mis compañeros antorchistas de esta localidad, ha permitido que la gente de este lugar tenga agua para beber, al exigir al Interapas y a la CEA, les surtan de agua a través de camiones cisterna, y ya trabajan en un ambicioso proyecto de introducción del agua y del servicio del drenaje para este poblado, y solo esperan que las distintas entidades gubernamentales los escuchen, para que por fin tenga agua en sus domicilios.

Lo que si fluye y en abundancia, es la riqueza mal habida.

Llama la atención de que a unos días de que termine la administración municipal gallardista, de la que forma parte de manera preponderante de la Junta de Gobierno del Interapas, este organismo este en quiebra, como lo informó César Augusto Contreras Malibrán, regidor presidente de la comisión de agua potable, saneamiento y alcantarillado de San Luis Potosí, porque dice que ya no hay dinero para adquirir refacciones ni para comprar cloro para tratar el agua, y en contra parte, mantiene millonarios adeudos con la CEA y con la empresa administradora de la presa El Realito. Y agregó el edil hace unos días a los medios de comunicación, que gran parte de esta quiebra fue por el incremento en el gasto corriente, por pago a nómina de trabajadores y de horas extras, que afectó en un 28% las finanzas del organismo.

Esta pérfida forma de administrar los servicios del Interapas, con tal de obtener dineros mal habidos, no sólo es propia del gobierno gallardista, lo mismo ocurrió con la administración panista del ex presidente Jorge Lozano Armengol, quien llegó a un acuerdo con un poderoso empresario, constructor de la zona residencial en el poniente de la Ciudad, al autorizarle mediante la aprobación de su Cabildo, la perforación de pozos y el manejo del agua potable en la zona residencial, a través de una empresa llamada, Aguas del Poniente Potosino, S.A. de C.V., mediante la cual, según volumen de agua que consuman los habitantes de los fraccionamientos de los ricos, el Ayuntamiento cobrará sólo el 14 por ciento, y dejará de ingresarle el restante 86 por ciento a las deterioradas arcas del Interapas.

Como se observa, la escasez de agua en San Luis Potosí no es la falta del líquido, sino la abundancia de ambición y acumulación de capitales mal habidos en unas cuantas manos.