Agoniza el campo en Chihuahua: los cultivos de temporal se perdieron, y el riego colapsará en próximo ciclo agrícola

**El gobierno de López Obrador desapareció el Fondo de Desastres Naturales, que pudo haber cubierto los daños por sequía atípica extrema, eliminó el Seguro Agrícola Catastrófico y recortó además en 40 por ciento todos los apoyos al campo.


Agoniza el campo en Chihuahua: los cultivos de temporal se perdieron, y el riego colapsará en próximo ciclo agrícola

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2020, 11:56 am

Chihuahua, Chih.- El campo chihuahuense agoniza. La desesperanza se palpa en la tierra seca que no dará fruto ante la falta de lluvia, lo que repercutirá en el bolsillo de cada ciudadano que se dedica a las actividades agropecuarias. Como un indicador del desastre, se sufre ya la pérdida casi total de los cultivos de frijol de temporal, que es el más importante desde el punto de vista comercial, además de la avena forrajera, del maíz y la papa.

Papa y maíz, de manera paralela y complementaria al mercado, son junto con el frijol, los principales productos que sustentan, por otra parte, la economía cerrada de autoconsumo entre las familias indígenas de la Sierra Tarahumara, donde se augura una hambruna segura.

Autoconsumo y mercado, pues, ya se desplomaron al mero fondo.

Se prevé, asimismo, que la carne de bovino aumentará un 66 por ciento. El frijol, en las ciudades, ya aumentó su precio, de 28 pesos el kilo como se cotizaba en las tiendas en marzo pasado, hasta $48.00 y más en los días que corren, por la total ausencia del producto local en el mercado. En adelante, comer frijol será un lujo, pues se prevé que se va a cotizar en 60 pesos el kilo en los meses de invierno.

La sequía ha causado daños irreversibles, porque la onda cálida no dejó desarrollarse a las plantas, por la insuficiencia de agua. El panorama es desolador, porque para los agricultores la ilusión de que lloviera en septiembre o en octubre para poder levantar aunque fuera algo de forraje (es decir, la intención de aprovechar las plantas de frijol o maíz que quedaron subdesarrolladas, para por lo menos alimentar al ganado), ya se desvaneció también.

Dice el refrán: “Aguas de mayo, ni máiz pal caballo, lluvias de abril, mazorcas de a mil”, en alusión a un ciclo ideal de precipitaciones. Sin embargo, la lluvia abandonó al campo chihuahuense y a ello se le suma el abandono del Gobierno Federal, ya que no existen programas destinados al campo para hacerle frente a esta situación. La sequía que actualmente azota al estado de Chihuahua está catalogada como la peor desde 1951, puesto que, a pesar de que es por naturaleza una zona árida con años secos, nunca fue como éste, cuando en septiembre, que es tradicionalmente el mes más lluvioso, sólo hubo alrededor de cinco días de buenas lluvias procedentes de la humedad remanente que trajeron los huracanes que azotaron a Nuevo León y Tamaulipas.

“Los productores de temporal nos la rifamos con el clima”, dijo Eloy Loya, agricultor de Nuevo Palomas en el municipio de Santa Isabel, quien junto con los productores de la región no dejaron de estarle “rascando” a la tierra hasta que se les acabaron la temporada y las esperanzas. En Chihuahua, el promedio anual de lluvia contabilizado hasta el 30 de agosto fue de 197 milímetros, pero en Santa Isabel alcanzó sólo 120 milímetros, en una zona de vocación frijolera donde, para que se desarrolle la mata de frijol, se requiere un mínimo de 480 milímetros de lluvia.

El estado cuenta con una superficie de 447 mil 908 hectáreas en su sector de temporal, donde los principales cultivos son: maíz, avena, frijol y sorgo forrajero. Los agricultores aprovecharon la humedad del mes de julio y sembraron más de 80 mil hectáreas de frijol, pero el impacto fue tremendo y las pérdidas fueron del 100 por ciento.

CUANTIFICACIÓN DE LA SEQUÍA Y EL EXTINTO FONDEN

En un documento que se dio a conocer el pasado 19 de agosto pasado, el Gobierno del Estado de Chihuahua solicitó a la Dirección General de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que corroborara la ocurrencia de sequía en 52 de los 67 municipios del estado de Chihuahua, para acceder a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y evitar daños catastróficos a la agricultura y ganadería en la entidad. Todavía no ocurría el mortal golpe que asestaron los diputados federales de la 4ª. Transformación a 109 fideicomisos públicos de interés social que amparaban actividades productivas, educativas, de investigación científica, académica y social, desarrollo comunitario y, en este caso, el fideicomiso del Fonden, que desapareció en la vorágine de acaparamiento de recursos a costa del interés ciudadano. La solicitud fue presentada por la Secretaría General de Gobierno, complementada con el documento que se denominó “Informe Sobre la Sequía en el Estado de Chihuahua 2020”, que incluye los datos del monitoreo de sequía del Servicio Meteorológico Nacional.

Este Informe muestra que 52 de los 67 municipios de la entidad sufren condiciones de sequía, y lo detalla de la siguiente manera:

1.- En 12 municipios se han presentado condiciones de anormalidad en las lluvias en el periodo de enero a julio.
2.- Diez municipios presentan condiciones anormalmente secas, en el periodo marzo-julio.
3.- Diez municipios presentan condiciones de sequía en el período de abril-julio.
4.- Once municipios presentan condiciones de sequía durante los meses de junio y julio.
5.- Nueve municipios se incorporan a condiciones de sequía a partir de la segunda quincena del mes de junio y durante todo el mes de julio
6.- Únicamente 15 municipios de la entidad no presentan condiciones de sequía en el periodo enero-julio.
7.- Durante el lapso enero-julio (siete meses), la precipitación registrada en el estado fue de 165.3 milímetros (mm).
8.- Junio de 2020 tuvo el registro de 19.5 mm de lluvia, siendo el mes más bajo en precipitaciones para el mismo periodo de los últimos seis años.
9.- Julio de 2020 registró 82.8 mm de lluvia, siendo el segundo más bajo para el mismo periodo de los últimos seis años.
10.- Durante la primera quincena de agosto hubo una ausencia total de lluvias.
11.- Se presentó calor intenso durante el verano, con temperaturas por arriba de los 33 grados centígrados.

“Aunado a las lluvias escasas, se tiene un almacenamiento bajo en las presas de Chihuahua, lo que amenaza el siguiente ciclo agrícola. En Chihuahua se tiene una superficie sembrada anual de 1 millón 35 mil 726 hectáreas, de las cuales, 587 mil 818 son de riego y 447 mil 908 son de temporal. La falta de lluvias y la limitada cantidad de agua en las presas, afectará la producción de forrajes, que es un importante complemento alimenticio para el ganado de carne y lechero en la entidad.

Chihuahua tiene un hato ganadero bovino estimado en 2 millones 563 mil 930 cabezas, mientras que de ganado lechero cuenta con 288 mil 830 cabezas”.

POR HAMBRE, MIGRACIÓN INDÍGENA A LAS CIUDADES

De manera tradicional, año con año se da una migración de familias rarámuris a las ciudades del interior del estado, donde suelen pasar la temporada de frío para sobrevivir a las condiciones de escasez. Se trata de aquéllos que no alcanzan a hacer acopio del maíz, frijol, calabaza y conservas de verduras y frutas suficientes para pasar el crudo invierno en la Sierra. Es costumbre que esas personas, que encuentran refugio con familiares que viven en los centros urbanos, regresan a sus lares nada más llega la primavera, para preparar las tierras para sus cultivos.

Pero este año, esa migración estacional se está incrementando en forma significativa, en vista de la falta total de los víveres necesarios para pasar el tiempo de mayores inclemencias en la zona serrana.

Con la esperanza de huir del hambre, la violencia, falta de empleo y carencia de oportunidades para salir adelante, los rarámuris buscan en las ciudades una mejor calidad de vida, y ahí conforman los asentamientos tarahumaras. La mayoría de estas personas proviene de los municipios de Guadalupe y Calvo, Guachochi, Batopilas, Urique, Guazapares, Moris, Uruachi, Chínipas, Maguarichi, Bocoyna, Nonoava, Carichí, Ocampo, Guerrero y Temósachi; llegan a la ciudad de Chihuahua, a Parral, Delicias, Cuauhtémoc y Ciudad Juárez en busca de un trabajo, vivienda digna y seguridad. De acuerdo con la Comisión Estatal para los Pueblos Indígenas (Coepi), a la fecha, sólo en la ciudad de Chihuahua se contabilizan nueve asentamientos, además de numerosas colonias que tienen un alto porcentaje de componente indígena en su población; mientras que en el municipio de Parral se ubican tres, en Cuauhtémoc uno (colonia Rayénari, El Sol) y en Ciudad Juárez, en la colonia Tarahumara viven más de 300 personas de origen rarámuri.

Estos asentamientos representan lugares relativamente seguros para conservar sus costumbres, la cultura y la realización de los rituales que los identifican como pueblo. En la capital del estado se contabilizaba en la víspera de la pandemia de Covid-19, un total de mil 211 rarámuris, con el asentamiento El Oasis que es el que alberga mayor población, alrededor de 400 personas. La discriminación y la falta de empleo son los principales problemas a los que se enfrentan los rarámuris dentro de las grandes ciudades. En Parral hay tres asentamientos, con alrededor de 160 casas en las que habitan hasta dos familias en cada una. Se trata de los albergues San Andrés, Los Carrizos y El Venadito, instalados desde hace 20 años por familias inmigrantes de las partes altas de la Sierra Tarahumara, que encuentran trabajo principalmente como pepenadores en ladrilleras o en aserraderos. Según Guillermo Negrete, quien fue gobernador fundador de Los Carrizos y también gobernador por más de 15 años en el albergue de San Andrés, la mayor parte de las familias que se han asentado en Parral se sostienen gracias a que, al menos un integrante de cada familia, consigue trabajo. La mayoría trabaja en la recolección de basura. El líder destacó que no reciben ningún apoyo de gobierno estatal ni municipal; y que, como colmo de la desatención oficial, ellos desde hace años ya no acuden al DIF porque ahí les niegan sistemáticamente las despensas, y debido a esto, desconocen si existe alguna otra ayuda, como despensas o cobijas.

LA 4T CONTRA EL CAMPO, CONTRA LOS POBRES

Ahora bien, de un gobierno que desde el principio y hasta la fecha se ostenta en la persona del propio presidente, y quien de ello se llena la boca cada vez que puede, como partidario de las masas empobrecidas del país (su lema, mentirosa cantilena es: “Por el bien de todos, primero los pobres”), lo que se debería esperar son acciones para beneficiar a los menos favorecidos de México. Pero no. En la práctica sucede todo lo contrario.

Diversas organizaciones campesinas expusieron con tiempo su rechazo al Proyecto de Presupuesto de Egre0sos para el Campo 2021, y llamaron a los diputados de todas las fracciones políticas a “trabajar unidos, sin distingos partidistas, por un presupuesto justo para el campo”. Enfatizaron que, “en plena crisis sanitaria, el campo dio la cara por la economía nacional, y en un trimestre (cuando) las actividades industriales y de servicios cayeron 26 y 16 por ciento, respectivamente, el sector primario solamente cayó dos por ciento”. Estas exhortaciones y ruegos, junto con otros cientos más de observaciones y críticas en ese mismo sentido, cayeron como semillas en terreno estéril, porque la mayoría obradorista en la Cámara de Diputados optó por aprobar, enterito, párrafo por párrafo, con todo y las faltas de ortografía, el proyecto de Egresos que les envió López Obrador. Así, de manera servil y sin parar mientes en que con ello perjudican al pueblo que produce la riqueza social. Se aprobó el proyecto con todo y sus criminales recortes a las actividades agropecuarias. Desde diciembre de 2018, cada año, el presupuesto para el campo ha sido recortado significativamente. De los 74 mil 476 millones de pesos aprobados en 2018 para la Secretaría que atiende al campo, el presupuesto cayó a 65 mil 435 millones de pesos para 2019. Al año siguiente, el recorte se duplicó, aprobándose para 2020, un presupuesto para la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) de apenas 47 mil 577 millones de pesos. Ahora, la propuesta para 2021, prácticamente mantiene el recorte para el campo respecto a 2018, con 49 mil 291 millones de pesos. Con respecto del presupuesto vigente este 2020, el del 2021 tendrá un 40 por ciento menos recursos. El presidente de la Comisión de Ganadería en la Cámara de Diputados, Eduardo Ron Ramos (MC), dio a conocer que, a través del proyecto de PEF 2021, el gobierno desapareció 17 programas fundamentales para el campo. “La estructura programática viene en ceros”. Esto afecta directamente a 3.5 millones de familias. Los 17 programas que desaparecen en el PPEF 2021, a decir del representante, son Crédito a la Palabra, Fomento Ganadero, Capitalización Productiva Pecuaria, Trazabilidad Individual Ganadera, Estrategias para la Cadena Productiva, Sustentabilidad Pecuaria, Proyectos Estratégicos con Valor Agregado con Ventanilla Federal, Investigación y Desarrollo Tecnológico Pecuario, Repoblamiento de Ganadero Infectado con TB, Repoblamiento de Abeja Reina, Fondo de Contingencia para el Sector Avícola y Porcícola, Fomento a la Ganadería y Normalización de los Productos Pecuarios, Programa de Financiamiento y Aseguramiento del Sector Rural, Agroasemex; Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, Fondo de Capitalización e Inversión Rural y los Fideicomisos Instituidos en Relación a la Agricultura.

ALLENDE- LÓPEZ- CORONADO, LA CATÁSTROFE

En el corredor Valle de Allende-López-Coronado, en la zona sur del estado, la prolongada sequía que ya cumple 15 años, ha generado el paulatino y sostenido abatimiento de los pozos para bombeo agrícola, sin agua para las tierras de cultivo, así como una aguda escasez del vital líquido para consumo humano en nueve núcleos agrarios, una colonia y en el internado de la Escuela Secundaria Técnica de Salaices. En el municipio de López, los pozos se han ido abatiendo, y la presa Las Camelias, que ayuda a la recarga de mantos acuíferos de la región, no ha tenido almacenamiento, señaló Armando Cota Alvarado, del ejido Salaices. En las tierras de este núcleo agrario se cultivan alfalfa, maíz, frijol y nogal, principalmente, pero el área de siembras y el volumen de cosechas disminuyó por falta de agua para riego, a pesar de que 35 de los 73 ejidatarios tienen derechos de concesión de pozos; pero de ellos, casi todos ya están abatidos, y por tanto ha disminuido el bombeo, explicó Cota en entrevista para El Sol de Parral. En esa comunidad, el agua para uso doméstico también está limitada prácticamente a cinco horas y no sube a los tinacos de las casas. “Es un problema fuerte y serio en Salaices, El Porvenir, Madero, Santana, Molina Enríquez y en el ejido El Moro”, se quejó el labriego.

En ese corredor agrícola del Sur de la entidad, que se completa con el municipio de Jiménez, el agua se surte del río Florido, que es afluente del Conchos, y se extrae del subsuelo, porque el río ya no lleva agua superficial más que cuando llega a llover torrencialmente.

DISTRITO 05: LA DEBACLE PROVOCADA POR AMLO

Por otra parte, el riego agrícola derivado de las presas La Boquilla y Las Vírgenes, en el Centro-Sur del estado, que es la región más productiva de la entidad, se pudo completar de manera satisfactoria durante el ciclo agrícola de este año, que terminó el último día de septiembre. Sin embargo, ante la extracción desmesurada de agua de las presas de Chihuahua para cumplir lacayunamente con el Tratado de 1944, que realizó el gobierno de López Obrador por la fuerza de las armas ejercida por la Guardia Nacional, el ciclo agrícola del próximo año, sin lluvias y agotadas las fuentes del Conchos en la Sierra y en sus afluentes, el Distrito de Riego 05 contará sólo con 40% del volumen de agua necesario para el riego de la superficie cultivable en 11 municipios de esta región. Así lo estimó la Asociación de Usuarios de Riego del Estado de Chihuahua (AURECH).

Con base en la medición diaria de los almacenamientos de agua en las presas que lleva a cabo la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la AURECH calculó que, hasta este 28 de septiembre, el volumen de agua almacenado en la presa La Boquilla era de 918 millones de metros cúbicos (Mm3) (31.7% de su capacidad total), en Las Vírgenes de apenas 62.6 millones de metros cúbicos, un mínimo histórico de apenas 17.6 % de su capacidad total, y en El Granero de 155 Mm3 (53 por ciento y 42% de su capacidad útil para riego). Salvador Alcántar, presidente de la AURECH, consideró que, con el actual almacenamiento de las grandes presas, “el próximo ciclo agrícola significará para los agricultores un fracaso total, porque en el distrito 05 no se sembraría un solo metro cuadrado y en los distritos 113, 090 y unidades de riego, la poquita agua que pudieran obtener por filtraciones de la presa podría generar un conflicto entre los agricultores. Además, calculan pérdidas económicas de alrededor de 30 mil millones de pesos, y de miles empleos que ya no se van a generar en esta región.

“Si hubiera agua en Chihuahua los productores no tendrían problema, pero con la sequía, el ciclo agrícola 2021 no será posible”, afirmó por su parte René Almeida Ortega, secretario de Desarrollo Rural en Chihuahua, quien destacó que actualmente las presas ya no tienen agua para los requerimientos del ciclo agrícola 2021, por lo que la superficie de siembra se reducirá de manera considerable, y que si a ello se le suma la sequía brutal que se registra, la situación será (ya lo es) sumamente crítica.