Aeroshow y Blueberry, tragedias medidas con distinta vara

**Mientras el caso Aeroshow es analizado con lupa, en el caso Blueberry ya se eximió de toda culpa a los dueños


Chihuahua.- Las dos tragedias ocurridas al final del año, las cuales costaron 17 vidas humanas, han recibido un trato desigual por parte de las autoridades investigadoras, lo cual despierta una justificada suspicacia, por decir lo menos.

Mientras que a los organizadores del espectáculo Aeroshow, incluida la anterior administración municipal y los empresarios concesionarios, se les carga todo el peso mediático y hasta se les exhiben irregularidades administrativas que bien pudieron ser detectadas con anterioridad, los dueños de la empresa Blueberry, donde ocurrió una explosión que mató a ocho trabajadores están libres de toda culpa.

Este jueves, el síndico municipal, Héctor Barraza Chávez, convocó a una conferencia de prensa para dar pormenores acerca de las irregularidades administrativas que “encontró” en torno al espectáculo Aeroshow, que debió celebrarse del 4 al 6 de octubre pasado, pero que se suspendió tras los sucesos del sábado 5, cuando una “Monster truck” atropelló a decenas de personas, nueve de las cuales fallecieron.

Números en la mano, Barraza Chávez detalló cuán irregular fue la operación entre el Ayuntamiento y la asociación civil “Espectáculos extremos de Chihuahua”, a cuyo cargo estuvo la organización de esa actividad, cuyos riesgos ya se habían advertido desde ediciones anteriores.

Fue una revisión acuciosa, de la cual se pudo derivar que no sólo estuvo mal organizado, sino que además salió caro: 29 millones de pesos, sin contar con irregularidades administrativas, como el hecho de haber otorgado “adendums” por más de 9 millones de pesos sin que hubiese una justificación del gasto.

Nadie reprocharía esa investigación; lo que llama la atención es la puntualidad con la cual se exhiben números y se mencionan—o se sugieren—nombres de posibles responsables, empezando por el ex alcalde Marco Adán Quezada. El “quemón” mediático ya está dado, por si alguno de los aludidos quería ser candidato a algo.

Muy distinta es la condición en la cual se encuentran los dueños de Blueberry, la fábrica de dulces ubicada en Ciudad Juárez donde ocurrió una explosión el 24 de octubre, apenas 19 días después del accidente en el Aeroshow.

Ahí, el probable acreedor del percance no es un exalcalde con sueños de grandeza, sino un grupo empresarial encabezado por Eloy S. Vallina. Ese grupo ya ha quedado librare de toda responsabilidad penal, pese a que murieron ocho personas en el mismo centro de trabajo.

No deja de llamar la atención que el conductor de la camioneta que atropelló a decenas de personas por manejar de manera imprudente ya esté en prisión, mientras que los encargados de tener en regla las condiciones de la empresa Blueberry no hayan tenido fastidio judicial alguno.

La Fiscalía General de Estado ya exculpó a Blueberry de cualquier responsabilidad penal, pese a que había indicios—334 faltas, según la Secretaría de Trabajo federal—de un negligente manejo de la planta industrial.

Qué dolorosos fueron ambos sucesos; cuánta negligencia hubo en torno a ambos, pero también, cuán diferente es el trato que se les ha dado. Mientras que en el caso Aeroshow se examinaron hasta el pago por la renta de los baños, en Blueberry no ha habido seguimiento ni siquiera a las denuncias presentadas por los familiares de las víctimas. ¿Dónde quedó la igualdad de todos ante la ley?