A 100 años de la toma de la Ciudad de México por Villa y Zapata

**Nunca antes, como en aquella jornada, dos ejércitos revolucionarios, representantes de los pobres de este país, habían estado tan, tan cerca de tomar el poder político.


A 100 años de la toma de la Ciudad de México por Villa y Zapata

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2014, 14:00 pm

Chihuahua, Chih.- A cien años justos, que se celebran hoy, de que entraran a la ciudad de México los ejércitos revolucionarios de la División del Norte, con el general Francisco Villa a la cabeza, y del Ejército del Sur de Emiliano Zapata, se recuerda la ocasión en que las auténticas fuerzas armadas populares estuvieron ante la posibilidad de que el pueblo pobre tomara el poder en este país.

Recuérdese que Francisco Villa, como gobernante, demostró una gran capacidad administrativa. Que restableció el orden público (en aquel entonces, John Reed afirmaba que Chihuahua era más segura que Nueva York), abarató los artículos de primera necesidad, liberó a la frontera de Ciudad Juárez del cobro de impuestos para que los productos extranjeros se vendieran más barato; emitió papel moneda; confiscó los bienes muebles e inmuebles de grandes potentados como Luis Terrazas e hijos y de los hermanos Creel, entre otros, en favor de los huérfanos y viudas de la revolución; prometía que, una vez acabada la guerra, entregaría las tierras y haciendas confiscadas a sus legítimos dueños y a sus soldados revolucionarios; abrió el Instituto Científico y Literario e hizo construir más de 50 escuelas en su breve período de gobernante.

Villa era la parte más avanzada de la Revolución, la parte más revolucionaria, porque representaba a los obreros mineros, a los ferrocarrileros, al pueblo trabajador asalariado del norte; por eso Villa tenía más visión que Zapata, por eso gobernó para el pueblo cuando fue gobernador de Chihuahua, y en su hacienda de Canutillo practicó una especie de socialismo primitivo antes que lo asesinaran. Villa era la vanguardia, la avanzada de la Revolución, por eso era más radical, más enérgico y más decisivo en la lucha que Zapata; mientras duró la fase armada de la Revolución, nadie opacó la estrella de Villa, nadie igualó a Villa como estratega y como militar.

ANTE LA POSIBLE TOMA DEL PODER

¿Y por qué no fueron Villa y Zapata los que se quedaron con el poder, siendo que ellos ganaron la guerra, y a pesar de que hasta estuvieron en el Palacio Nacional? Porque aun cuando eran los dos más grandes líderes del pueblo, no supieron qué hacer con el poder. Ellos, los dos, coincidían en que "eso" (el poder, la presidencia de la repúbica) era para los instruidos, para los letrados, para los trajeados, y dejaron voluntariamente el poder que alcanzaron en aquella gloriosa jornada.

Y por eso, Carranza, que sí sabía para qué era el poder, se adueñó de él. Mataron a Carranza en 1920, y luego el poder quedó en manos de los representantes más conspicuos de los ricos, de la burguesía naciente: Obregón, Calles y otros. Y hasta la fecha.